El caso real de la nana que suena de noche y aterroriza a la ciudad de Ipswich

Imagina que estás volviendo a casa en la oscuridad de la noche y, de repente, escuchas una nana. Una canción de cuna que no sabes de dónde viene y que, además, es interpretada de una manera bastante siniestra.

Seguramente, pensarías que no es real, que esa música aparece en tu cabeza producto del cansancio. Pero, todo cambia cuando esta nana terrorífica la escuchan un día tras otro los demás vecinos de tu zona. Así, durante un año, a cualquier hora de la noche. En la calle, en el coche e incluso dentro de sus casas; en todos lados. Una canción interpretada por un niño, que se te mete en la cabeza y que nadie sabe quién la canta.

Esto podría parecer el pasaje de un libro de terror, pero es completamente real. Los habitantes de Ipswich, una ciudad al este de Inglaterra, han vivido aterrorizados los últimos meses a causa de esta tétrica canción de cuna, que empezaba sonar en cuanto se hacía de noche.

Una nana que incluso ha sido utilizada en programas infantiles del Reino Unido, y que, de la manera en que es interpretada, causaba auténtico pavor en Ipswich. “Cuenta la historia de un anciano que se golpea la cabeza antes de irse dormir, y no vuelve a levantarse al día siguiente. La letra ya de por sí es tétrica, y si a eso le sumamos la melodía…”, explicaba Iván Alonso, el corresponsal de COPE, en ‘La Noche’, con Adolfo Arjona.

La nana se extendió por Ipswich, cada vez más gente decía escucharla. Hasta que una vecina de esta ciudad decidió acudir a las autoridades porque, según afirmó a la Policía, “era como si un niño estuviera cantando al lado suya”.

Aunque, al principio, las autoridades de la ciudad creían que este sonido podría venir de alguna casa cercana, la cuestión dio un cambio inesperado más tarde. Fue cuando las quejas aumentaron, y los vecinos estaban realmente asustados. Entonces, iniciaron una investigación que dio con la solución.

“La nana venía de un almacén. Esta canción de cuna era una alarma que había sido utilizada para ahuyentar a los ladrones en una especie de fábrica, donde se había puesto el volumen realmente alto. Se trataba de un sistema de alarma que se activaba con sensores de movimiento, y que se encendía con el ir y venir de ratas e insectos”, detallaba Iván Alonso.

Así que lo que fue un tema que aterrorizó a Ipswich, acabó transformado en una noticia de lo más jocosa.