Fernando Linares inventa con ocho años un implante coclear que se puede mojar

El silencio es algo muy cotizado en esta época de tanto ruido. Sin embargo, ¿cómo te sentirías si el silencio fuese lo único que escuchases? Sin poder oír la risa de tu hijo, la radio o algo tan importante como una bocina que puede salvarte la vida cuando estás cruzando la calle.

Fernando tiene ocho años y desde que cumplió uno, ha tenido discapacidad auditiva severa. Poco a poco y gracias a unos implantes cocleares, como prótesis auditiva, ya puede escuchar según sus palabras “perfectamente bien”.

Fernando no nació sordo, sino que perdió la audición después de nacer. Y a su corta edad ya ha creado un implante auditivo revolucionario, que incluye mejoras como que se puede mojar o que las pilas se recarguen con movimientos. Este diseño lo ha hecho a través de un concurso infantil para los niños que tienen discapacidad auditiva y sus padres decidieron que participara. “Empezó a hacer sus dibujos y manualidades, y diseñó lo que para él sería el implante perfecto”, cuenta su padre.

En este concurso participaron 430 personas de 19 países distintos y el proyecto de Fernando es uno de los nueve seleccionados, por lo que próximamente la familia viajará a Austria a conocer a los fabricantes y a las personas que inventaron el modelo. “La reparación de los implantes cuesta mucho dinero, por eso el modelo que ha diseñado mi hijo sería perfecto para cualquier persona con disparidad, estaría dentro del oído, no se romperían los cables, va protegido, no se ve, se podría mojar o las baterías se recargarían por movimientos”.

Un niño muy especial, muy creativo y lo demuestra con este nuevo invento, aunque su padre resalta los buenos resultados del actual implante. “Tiene muy buena audición en distancias cortas, es como si a una persona ciega le pones unas gafas y vuelve a ver, pues este implante es lo mismo con la audición. Pero en las distancias largas oye peor y necesita una fm de apoyo para poder escuchar, por ejemplo, a un profesor”.

“En la piscina o la playa se lo tenemos que quitar porque no se pueden mojar los implantes y al salir se lo damos para que pueda volver a escuchar”, por eso una de las innovaciones que el pequeño Fernando ha presentado ha sido la de que el implante se pueda mojar.

Su padre resalta el problema que supone que el audífono se quede sin bateria ya que “si se acaba la batería deja de escuchar automáticamente y cada vez que Fernando dice que no escucha nada, se las cambiamos o se las empieza a cambiar él solo, que ya es mayor”, explica en 'La Noche de COPE'.

“Nuestro hijo asume sus circunstancias con perfecta normalidad y sin berrinches”. Sin duda, un ejemplo para todos.