Si haces esto en tu cocina, lo estás haciendo mal: lo que tienes que saber cada vez que utilizas un trapo

Hay muchas cosas en nuestra casa que tienen fecha de caducidad aunque no lo parezca. Las fregonas, los cepillos de dientes y los estropajos no duran para siempre. Limpias con ella la encimera, retiras la suciedad de la placa de cocción o pasas el fregadero cuando terminas de fregar. Estas herramientas, la mayoría utilizadas para higienizar nuestra casa, también necesitan seguir un proceso de limpieza, una renovación constante. Pero, ¿sabemos cuándo? De eso hablamos con Begoña Pérez, 'La Ordenatriz' en 'La Noche de COPE'.

Según los datos extraídos del estudio realizado por la OCU, en 9 de cada 10 bayetas analizadas la higiene era deficiente, el objeto de limpieza en el que centramos el tiro. Incluso aunque parezcan limpias, no lo están. Y en el caso de los estropajos, esta cifra aumenta hasta un 96%. Un 33% solo desinfecta la bayeta una vez cada dos semanas, mientras que un 24% la limpia semanalmente. Un 39% de los encuestados utilizan la lejía para limpiarla, mientras que un 37% lo hace metiéndola en la lavadora.

La recomendación de la OCU es cambiar la bayeta antes de que esté demasiado deteriorada. Pero, en realidad, solo un 16% cambia la bayeta en un periodo entre 1 y 3 semanas, un 14% una vez al mes, el 38% de los encuestados lo hace cada 2 meses, un 10% cuando tiene más de dos meses y un 22% cuando ya está estropeado. Hay una fórmula para alargar la vida de esas bayetas que 'La Ordenatriz' expone en 'La Noche de COPE' y que también te ayudará para mantenerlas salubres, día tras día.

"Extender bacterias"

"Con las bayetas y los trapos con lo que limpiamos podemos ir extendiendo todos los microorganismos y todas las bacterias y todo. Con el coronavirus ha habido mucha concienciación con la higiene y la limpieza, así como la desinfección, porque una cosa es limpieza y otra cosa es desinfección. Pero claro, si vamos a limpiar con algo infectado, pues podemos limpiar, pero podemos estar infectando, así que tenemos que tener mucho cuidado", señala 'La Ordenatriz'.

"Por eso hay que saber lavarlas. Las podemos mantener muy bien, por ejemplo lavándolas con Fairy, qué es un detergente neutro. Lo ideal sería lavar un trapo distinto cada día, aunque la misma pinta nos va a dar la pista. Puede aguantar dos días perfectamente por ahí en la cocina, pero sí hay que secarlas fenomenal para que no prolifere el moho. Porque el moho es un hongo que bueno, puede estar bien para las vacunas, pero está mal para esparcirlo por la cocina o los baños o por donde limpiemos", apunta Begoña Pérez.

"Las fregonas también las metería dentro del campo de las microfibras y se pueden lavar. Con las bayetas bien secas y bien estiradas, que vean la luz, ya que al moho le gusta en la oscuridad. Entonces que le dé la luz que se seca y las metemos a lavar en la lavadora todas juntas. Ahí entraría la fregona, el trapo y la escoba. Porque claro, son materiales distintos, pero la escoba también qué mínimo que cada dos o tres meses", desvela 'La Ordenatriz'.