¿Tiene sentido hablar de los sentidos?

Ésa es la pregunta que se han hecho en La Noche de COPE para conocer cómo funcionan cada uno de ellos, su conexión y su relación con el cerebro

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¿Tiene sentido hablar de los sentidos?

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

En el programa especial sobre los sentidos de este lunes 19 de noviembre, han pasado por los micrófonos de La Noche especialistas en cada uno de ellos para despejar cualquier tipo de dudas.

GUSTO

Según la Real Academia de la Lengua, el gusto es el “sentido corporal con el que se perciben sustancias químicas disueltas, como las de los alimentos”. Se define también como “el sabor que tienen las cosas’.

Carlos Cenjor, jefe del servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid, explicaba que “hay una serie de partículas sensitivas en la lengua que, cuando se diluye un elemento mineral en ella, la estimulan y, dependiendo de sus componentes, activa la parte que se encarga de cada tipo de sabor”.

Sobre la relación que tiene esto con el cerebro, Cenjor comentaba que “la boca cuenta la estimulación de los sabores y esta estimulación, va hacia el cerebro que es quien lo interpreta finalmente”.

Esta estimulación se produce gracias a las papilas gustativas, que casi todo el mundo cuenta con el mismo número de ellas y que “no influyen en que algo nos guste o no; esto va a depender de la asociación que hagamos con lo que tomemos y lo que nos recuerde. Es un tema social que relaciona una experiencia gustativa con una experiencia vital”, concluía Cenjor.

OLFATO

Según la Real Academia el olfato es el “sentido corporal con el que se perciben aromas y sustancias dispersas, como el humo”. Además, está profundamente conectado con el sentido del gusto.

Carlos Cenjor, jefe del servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid, introducía en La Noche que “el olfato es el sentido más antiguo que tenemos y el más básico, y la percepción que tenemos cada uno es distinta”.

Las personas con mayor área olfatoria, tienen más facilidad para percibir estos estímulos. Aunque la educación del olfato para intentar percibir los olores va a hacer que aprendamos a captar ciertos olores”, respondía Carlos Cenjor al ser preguntado sobre por qué hay gente que tiene más facilidad que otra para captar ciertos olores.

Asimismo, también hay que ponerse en la otra parte de la balanza, hay gente que llega a perder el olfato por distintos motivos. “Hay incluso pacientes con problemas cerebrales que huelen de manera equivocada los olores; los confunden”, sostenía Cenjor.

OÍDO

El oído se define como el “sentido corporal que permite percibir los sonidos; también se llama oído a cada uno de los órganos que sirven para la audición”.

“Para que podamos oír, se debe producir una descarga eléctrica al llegar los sonidos que generan una sensación que, a su vez, llega hasta el cerebro”, cuenta el doctor Carlos Cenjor.

Adolfo Arjona aprovechaba su conversación con Cenjor para preguntarle por qué no todo el mundo tiene igual de desarrollado este sentido. A lo que el doctor contestaba: “Lo que se entiende por la audición normal es muy variable. No todos tenemos las mismas células y frecuencias, por eso no todos tenemos el mismo sentido del oído”.

En cuanto a aquellas personas que pierden el sentido del oído, Carlos Cenjor explicaba las posibles soluciones en La Noche: “Actualmente, la única sordera que no podemos corregir es aquella en las que el cerebro no puede interpretar el sonido, todas las demás, sí”.

GUSTO

El tacto es el sentido corporal con el que se perciben sensaciones de contacto, presión o temperatura”, así define la Real Academia de la Lengua este sentido.

Para aprender sobre el sentido del gusto, pasaba por La Noche, la doctora Elisa Pinto, Jefa de Servicio de Dermatología del Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo, de Madrid, quien comentaba que “es muy complejo entenderlo porque no se tiene sólo un órgano, como otros sentidos. Se activa con sensores que se ponen en marcha según la sensación, y nos darán información sobre la duración, el lugar y lo que se transmite”.

Aunque no todas las zonas tienen la misma sensibilidad, “la cara, la punta de la lengua y las manos son las zonas más sensibles, y son las que tienen más neuronas traduciendo la información que se procesa a través de ellas”, explicaba la doctora Elisa Pinto.

Además, también añadía que “puede haber diferencias genéticas en cuanto a la distribución de estos transmisores, o entre sexos: se cree que las mujeres tienen un umbral más bajo para sentir las caricias, por ejemplo, y por eso suelen ser más sensibles a estas”.

VISTA

Según la RAE, se trata del “sentido corporal con el que los ojos perciben algo a través de la luz”.

El cirujano-oftalmólogo, Antonio Moreno, contaba en La Noche que “suele ser el órgano al que más importancia se le suele dar, el que más imprescindible nos parece”.

“Su conexión con el cerebro es la siguiente: el ojo es la cámara que procesa las imágenes, y que luego traducirá o interpretará el cerebro”, decía el oftalmólogo.

Esta especialización de la Medicina, la oftalmología, según Antonio Moreno “ha evolucionado muchísimo en la parte diagnóstica, antes había que creer en el paciente; ahora nosotros le traducimos lo que nos dicen las máquinas, son muchísimo más objetivas”.

Finalmente, concluía diciendo que “no todos los problemas oculares tienen solución aún”.

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