‘Grandes catástrofes aéreas en España’

El controlador aéreo del mayor accidente aéreo 

El mayor accidente aéreo de la historia se registraba el 27 de marzo de 1977; murieron 583 personas. Aquella fatídica tarde, el controlador aéreo Fernando Azcúnaga, comandaba las operaciones en la torre de control del Aeropuerto de Los Rodeos. En ‘La Noche’ recuperamos la estremecedora entrevista al controlador aéreo que trabajaba el día en el que colisionaron los aviones de la holandesa KLM y de la compañía americana PanAmérica. ‘No sentí culpabilidad nunca, y menos tras oír las cintas de la caja negra’, asegura Azcúnaga en declaraciones a Adolfo Arjona.

El testimonio del superviviente

Su nombre es Rafael Vidal y su vida cambió el 20 de agosto de 2008. Aquel día, este ingeniero de Telecomunicaciones comenzaba sus vacaciones y tomó un vuelo desde Madrid para dirigirse a Las Palmas de Gran Canaria a practicar surf. Tenía un buen sueldo y el tiempo libre lo dedicaba a sus pasiones: viajar y hacer deporte. Pero aquel vuelo nunca llegaría a su destino. Rafael era uno de los pasajeros del vuelo 5022 de Spanair, el avión accidentado en el aeropuerto de Barajas nada más despegar... el primer accidente mortal para esta compañía en sus 30 años de historia, el accidente de avión en España con más fallecidos en 25 años... y el accidente que cambió la vida los familiares de los 154 fallecidos y a los 18 supervivientes.

El testimonio del piloto accidentado

En ‘La Noche’ de COPE, Adolfo Arjona bucea en los recuerdos de este superviviente, al mismo tiempo que nos metemos en la cabina del piloto de un avión a punto de estrellarse. Para eso nos ayudamos de la experiencia vivida por el comandante Javier del Campo. ¿Qué ocurre allí los minutos previos a la colisión? ¿La pericia del comandante puede evitar consecuencias mayores? ¿Puede salvar vidas?

¿Cómo se gestiona una catástrofe aérea?

Carlos Espinosa de los Monteros, actual Alto Comisionado de la ‘Marca España’ y presidente de Iberia y Aviaco en el año 1983, cuenta en ‘La Noche de COPE’ cómo gestionó el accidente aéreo de Mejorada del Campo donde murieron 181 personas

Una y cuatro minutos de la madrugada del 27 de noviembre de 1983. El avión volaba a 300 kilómetros por hora a menos de 400 metros de altitud sobre la vertical de Mejorada del Campo. De pronto uno de los motores pierde potencia, lo que origina un rápido descenso de altitud. El tren de aterrizaje del aparato y la parte trasera del avión rozan un montículo situado entre las localidades de Loeches y Mejorada del Campo. Tras unos segundos, los pilotos pierden el control del aparato y el avión cae envuelto en llamas. ¿Qué puede pasar en ese momento por la mente del director de una compañía aérea? ¿Está el ser humano preparado para gestionar una crisis cuando se produce un accidente aéreo? Gestionar una crisis tras un accidente aéreo, tenga o no proporciones catastróficas, es una tarea compleja. La rapidez en las respuestas, contar con un portavoz cualificado y saber gestionar los medios sociales con transparencia y empatía, forman parte del manual de urgencias en estos casos. Muchas compañías aéreas han fallado en todo esto tras una catástrofe, y algunas incluso han llegado a desaparecer. “En 1983 estábamos relativamente bien preparados para una catástrofe aérea. Había protocolos sanitarios, hospitalarios y había un servicio de bomberos que era muy bueno, además, contábamos con una infraestructura para ayudar a los supervivientes y montar todo un sistema para atender a todos los familiares, que es tan importante como atender a las víctimas” asegura Carlos Espinosa de los Monteros, actual Alto Comisionado de la ‘Marca España’ y presidente de Iberia y Aviaco en el año 1983.