Amaia, la privilegiada que tocará el violín 'Contreras' de Alvira: "Siento que tengo un tesoro"
Amaia, una alumna del Conservatorio Superior de Navarra, ha contado en 'La Tarde' de COPE cómo es tocar uno de los violines más especiales
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Los Stradivarius son los violines con más fama de la historia, fabricados por Antonio Stradivari. En España contamos con nuestro propio genio de los violines, el luthier José Contreras, y hay uno muy especial que ahora ha vuelto a sonar después de que no se toque desde 1987. Además de ser un Contreras, perteneció a Antonio Alvira, uno de los más grandes violinistas, y lo estuvo tocando hasta su muerte. La viuda decidió guardarlo por el dolor que le causaba verlo y su hija fue la que ha decidido este año cumplir el deseo de su padre y que este violín nunca deje de sonar.
Para decidir quién debía ser la persona privilegiada en encargarse de que vuelva a sonar este violín, se realizó un concurso en el que participaron los alumnos de tercer curso del Conservatorio Superior de Música. La ganadora ha sido Amaya y ya tiene el violín en su casa.
Esta alumna ha sido entrevistada en 'La Tarde' de COPE y ha asegurado que es una "privilegiada" y que la oportunidad ha sido "increíble". Se ha mostrado emocionada y agradecida tanto con la fundación como con la familia de Antonio Almira por su "enorme generosidad".
"Cada día que abro el estuche me llevo un poco un susto. Lo que tengo claro es que lo voy a cuidar lo mejor que pueda y voy a aprovechar la oportunidad", afirma.
Sobre cuál es la sensación de poder tocar ese violín, Amaia afirma que "es una maravilla" y que tiene un gran "componente emocional en cada nota". La ganadora del concurso explica que la sensación es similar a tener en brazos a un recién nacido y detalla que "cada vez que lo saco de la funda o lo afino siento que tengo un tesoro".
El concurso fue idea de la catedrática de violín del Conservatorio Superior de Navarra, Garazi Echeandía y explica que fue una decisión conjunta con la fundación. "Pensé que era más interesante para los alumnos y tener ese plus en su aprendizaje y poder presentarse a un público y un jurado de estas circunstancias". La ganadora fue su alumna, con la que preparó su actuación y ha asegurado que "fue un orgullo al ver que el tiempo invertido da sus frutos".
Desde el punto de vista de la Garazi, tener esta oportunidad "implica muchísima responsabilidad, tiene una historia propia y es muy rico en colores y con tonalidades diferentes". Pero en definitiva, coincide con Amaia en que esto es un orgullo, pero también tiene la presión de sacarle todo el partido posible.