En busca de un futuro mejor gracias al Proyecto Fratelli

Momina e Hidaya llegaron hace dos años a Líbano huyendo de la guerra. Sus padres no tenían trabajo en Siria, la situación era insostenible. Todos los días tenían que esquivar la guerra. Decidieron huir de ella junto a sus familias. Hidaya vivió la tragedia de ver morir a su madre mientras huían de los bombardeos. Una tragedia que no olvida desde su llegada a Líbano. Al llegar a la capital, Beirut, sus padres consiguieron trabajos y ellas lograron acudir a la escuela para recibir una educación. Las dos son felices, en la escuela siempre están con una sonrisa en la cara, sueñan con tener un futuro alejado de la guerra. Pero su mayor esperanza es volver a su país algún día. 

"Nuestra presencia aquí ha abierto muchos ojos, estamos seguros de que nuestro trabajo aquí vale la pena."

Ambas forman parte del Proyecto Fratelli, un centro socioeducativo que ofrece una educación propia a cada uno de los 300 niños sirios que acuden a este centro. En 'La Tarde' hemos tenido la oportunidad de hablar con uno de los fundadores, Miquel Cubells, que nos ha contado lo que se hace en su escuela: "Algunos hacen refuerzo escolar, otros reciben una escolarización formal, y después hay un grupo de preescolar que no tiene acceso a la educación y finalmente otro grupo de niños jóvenes que reciben otra educación". Un trabajo sacrificado pero a la vez gratificante, una de sus mayores alegrías la recibieron a través del Papa: "Nos escribió y nos dio las gracias por lo que estábamos haciendo". Su mayor preocupación es dar un futuro a los niños: "Nuestra presencia aquí ha abierto muchos ojos, estamos seguros de que nuestro trabajo aquí vale la pena. Solo con que los niños vengan antes, te saluden, te abracen, quiere decir que el niño crece feliz". 

"Cuando llegan aquí el ambiente les hace olvidar lo que han pasado, pero ese recuerdo vuelve cuando llegan a casa".

Otro de los pilares clave de de este proyecto son los profesores, hemos hablado con uno de ellos y nos ha explicado como llegan los niños a la escuela: "Muchos de ellos tienen miradas y actitues que hacen ver que han pasado por una fase traumática". El principal objetivo de este centro a parte de ofrecerles una buena educación, es sacarles una sonrisa para que durante su estancia en la escuela olviden lo que han vivido: "Cuando llegan aquí el ambiente les hace olvidar lo que han pasado, pero ese recuerdo vuelve cuando llegan a casa". 

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El mejor momento llega cuando salen al recreo a jugar. Primero, acuden a Isaac Alonso, "El jefe del patio" que les da balones y les ofrece un bocata y agua. Lo que más le impactó fue la cercanía de los niños: "Lo que más me llama la atención es su cariño y su alegría". Todos los niños del centro son musulmanes, pero eso no hace más que derrumbar barreras: "La relación personal desmonta mucho los prejuicios, el hecho de que ayudes a sus hijos hace que las familias sean muy agradecidas".

El proyecto Fratelli ayuda a estos niños a salir adelante, a olvidar, a cultivar valores de respeto y de cercanía. Todo esto hará que los niños crezcan felices y tengan sueños que puedan alcanzar en un futuro mejor.