El cardenal Pizzaballa, con Fernando de Haro desde Tierra Santa: "Será una Navidad llena de dolor"

La guerra, la tristeza de vivir en conflicto, la Navidad en Tierra Santa y el ataque del pasado 7 de octubre, entre los temas de la entrevista en exclusiva a 'La Tarde' de COPE

Santiago Tedeschi Prades

Publicado el - Actualizado

5 min lectura

El patriarca latino de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, ha concedido una entrevista en exclusiva a Fernando de Haro, codirector y copresentador de 'La Tarde' de COPE, enviado especial a Tierra Santa. A seis días de la Nochebuena y Navidad, la tierra de Jesús está en guerra, un conflicto entre Israel y Hamás que comenzaba con el ataque del grupo terrorista a Israel el pasado 7 de octubre y por el que han muerto 19.000 personas en la Franja de Gaza.

La guerra, la tristeza de vivir en conflicto, la conmemoración del acontecimiento más importante para los cristianos, el nacimiento de Jesús en Belén, el cardenal Pizzaballa ha analizado en COPE lo que está ocurriendo en esta tierra.

Pizzaballa ha confirmado la muerte de dos mujeres en la parroquia católica de San Gabriel: “Son dos mujeres, una anciana y su hija que fue al patio de la Iglesia para socorrerla. Han sido asesinadas mientras estaban en el interior de la Iglesia, en una zona protegida dentro del patio, con otros siete heridos, algunos graves y que aún no hemos llevado al hospital porque no hay aquí cerca. El ejército niega cualquier responsabilidad, pero los hechos son los que son”.

"Los hechos son contrarios, los hechos son bastante claros, el Ejército dice que no ha tocado esa iglesia, pero no es verdad. La casa de las hermanas de la Madre Teresa, donde cerca de 60 niños discapacitados, ya no es habitable, no pueden seguir viviendo allí. Los hechos están allí: después podremos discutir sobre las diferentes modalidades que se han llevado a cabo, pero los hechos son los que son.", dice el cardenal a Fernando de Haro.

Además, el patriarca latino de Jerusalén niega que en la iglesia hubiera armas: “Solamente había cristianos, mujeres, ancianos y niños. No había nadie más. Solamente la pequeña comunidad cristiana”.

Este año, la Navidad no va a ser normal en Tierra Santa y Pizzaballa lo subraya con Fernando de Haro: “Hemos renunciado a todos los eventos públicos, a todos los festivales, a todas estas cosas. No tiene mucho sentido celebrar la fiesta cuando nos encontramos en un contexto de guerra y de mucho dolor para todos. Haremos todas las celebraciones litúrgicas y será una Navidad de tono bajo, una Navidad herida por tanto dolor”.

El cardenal Pizzaballa también ha escrito una carta confesando que después de tanto tiempo trabajando por la paz, uno siente la tentación de la desesperación y una sensación de fracaso: “Llevo aquí desde 34 años y hemos construido muchas cosas en este tiempo. Relaciones, actividades... ahora todo parece colapsado y desde el punto de vista humano es muy doloroso”.

“Y también desde el punto de vista de la fe, uno entiende que es un momento difícil y doloroso y que es necesario empezar de nuevo. Uno sabe bien que esta noche, como todas las noches, terminará, pero hace falta reponerse de nuevo con fuerza y energía para comenzar de nuevo la vida y un nuevo día que no sabemos cuando será. Por tanto, es un momento de grande incertidumbre”, ha subrayado Pizzaballa.

Israel está bajo shock por los ataques del 7 de octubre y por los secuestrados. El país está desconcertado porque la aparente seguridad que tenía no existe. Para Pizzaballa ese día ha sido “un punto de inflexión en la vida de este país. Hay un antes y un después. El país sigue en shock, sobre todo por lo que ocurrió ese día porque ha evidenciado no solamente un fallo en la seguridad, sino una inseguridad general. Israel debe ser la casa que protege a los judíos y se ha demostrado frágil con estas dificultades”.

Además, la cuestión de los rehenes recuerda a todo lo que ocurrió en Europa hace 80 años “por lo que ha reabierto heridas y traumas antiguos”: “Todavía Israel no se ha recuperado de esto, por tanto, llevará tiempo, se necesitarán líderes religiosos y políticos que ayuden a la comunidad a unirse de nuevo y saber mirar hacia adelante, teniendo presente no solo el propio dolor y el odio profundo. El dolor y el odio junto hace que nos encerremos, pero que seamos capaz de abrir nuevas perspectivas. De esto es lo que tenemos necesidad”.

Pizzaballa es tajante con Fernando De Haro: los 20 mil muertos en la guerra es una reacción desproporcionada. “Sabíamos que iba a haber una respuesta, obviamente. Pero nunca habría pensado en una respuesta así de desproporcionada en el uso de la violencia. Una violencia física y también en el uso de las palabras y en el lenguaje. Son cosas que van en contra de cualquier tipo de comprensión”, remarca el cardenal italiano.

Asimismo, Pizzaballa lamenta la generalización de que hay 2 millones de terroristas en Gaza: “Entra dentro de una de las tantas injusticias que este país está viviendo”.

Pensando al futuro, el cardenal tiene claro que reconstruir esta situación tan dura y difícil “llevará mucho tiempo”: “Necesitaremos sobre todo de unos nuevos líderes políticos. Está claro que con estos líderes no podemos tener grandes perspectivas futuras. Líderes también religiosos que sean capaces de ayudar al pueblo, no pararse y quedarse quieto en el propio dolor. El dolor no se puede negar y es necesario escucharlo, pero uno no se puede parar allí. El dolor debe generar perspectivas y esto no puede hacerlo uno solo. Uno no puede hacerle frente al dolor solo”.

“Tenemos el apoyo de la comunidad internacional que nos debe ayudar a tener una mirada más abierta, pero, sin embargo, no lo veo. Veo que la población se divide entre israelís y palestinos y eso lo hacemos ya nosotros. No necesitamos que vosotros lo hagáis también. Necesitamos que nos ayudéis a tener una mirada más abierta y después necesitaremos la ayuda de tantas personas: israelíes, palestinos, cristianos, judíos y musulmanes que creen que la paz es todavía posible. Para reconstruir necesitamos una población que crea en esto”, remarca Pierbattista Pizzaballa.

Por último, y preguntado por los cristianos en Tierra Santa, el cardenal ha subrayado que aunque el número es poco, lo más importante “es que tengamos algo que decir”: “Creo que tenemos una posibilidad y es la de tener tres palabras que en estos momentos no están presentes: son la justicia, la verdad y el perdón. Hay que tenerlas cerca y hacer una síntesis de estas palabras. Teniendo en cuenta las fatigas, el dolor y el proceso de curación necesario, la comunidad cristiana puede ayudar a tener cerca estas tres palabras”.