En 'La Tarde'
¿Cómo se ha resuelto el atropello de Fuente el Saz?
La colaboración de un testigo fue clave para resolver el crimen
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Doce menos cinco de la madrugada. Los pasajeros del vuelo Madrid - Buenos Aires están todos sentados en sus asientos. El avión está en pista, preparado para despegar. De repente, dos agentes de la Policía Nacional suben al avión. Los pasajeros, entre asustados y desconcertados observan cómo se acercan a un individuo y lo detienen.
Casi catorce horas antes, alrededor de las 10 de la mañana, en Fuente el Saz del Jarama (Madrid), un conductor llama horrorizado a los servicios de emergencia. Sobre la cuneta, ha encontrado una chica de 17 años, agonizando, tirada en el suelo. Hacía varias horas que había sido atropellada. Cuando llegó, la ambulancia, la joven ya estaba muerta.
La investigación era complicada. No había testigos del atropello y el autor se había fugado. Solo había una pista, un espejo retrovisor verde que había quedado tirado en el suelo. Un punto de partida muy pequeño para comenzar a investigar.
Pero, esta vez, la suerte estaba del lado de los agentes. Como ha contado en 'La Tarde' el jefe de Interior de la Cadena COPE, Juan Baño, un testimonio afortunado consiguió evitar la huida del criminal.
Aquella tarde, un hombre paraguayo fue a visitar a su madre. Sale a fumar y escucha, sin quererlo, una conversación de dos individuos. Uno de ellos, vestido con un mono de trabajo azul, le dice al otro: "Tío, la he cagado, la he dejado tirada...¡de verdad que no la he visto!...Yo me saco un billete y me marcho a Argentina." El oyente accidental detecta algo curioso en la forma de hablar de este hombre. Su acento lo delata. Como él, también es paraguayo.
Poco después, ante la cada vez más atenta mirada del testigo, el hombre repite esta misma conversación por teléfono con otra persona. En ese momento, el testigo decide buscar en internet si ha habido algún atropello en las últimas horas. Y encuentra la noticia de la tragedia de Fuente el Saz.
A las 8 de la tarde, se presenta en la comisaría de policía de Pozuelo y le cuenta lo que acaba de oír. Inmediatamente los agentes salen a la búsqueda de un paraguayo que trabaje en la construcción. Hablan con la gente de la calle, preguntan y un chico les identifica una casa.
La Policía llama a la vivienda pero nadie abre. Así que deciden avisar a la Guardia Civil para informarles de la investigación. Los agentes le hablan del retrovisor encontrado. El vehículo que buscan es un coche verde. A las 10 de la noche, se enciende una luz en la casa. Los agentes vuelven a llamar.
Una chica abre la puerta. La primera pregunta de los agentes: "¿Hay alguien aquí con un coche verde?" "Mi tío", responde ella, "se acaba de marchar al aeropuerto de Barajas. Estaba muy nervioso, ha hecho las maletas corriendo y dice que se marcha a Argentina."
Inmediatamente, la Policía se pone en contacto con los compañeros del aeropuerto. Y lo localizan en un vuelo que parte de Barajas en seguida. Los agentes llaman al comandante del avión y se interrumpe la maniobra de despegue. El presunto homicida por fin es arrestado.
Al tomarle declaración, explica dónde ha abandonado el coche. En El Casar de Escalona (Toledo) localizan el coche destrozado. Ahora, este hombre permanece detenido. Podría ser acusado de homicidio, un delito contra la seguridad vial y omisión del deber de socorro.
Un crimen resuelto gracias a la colaboración ciudadana.