Contestó a un anuncio en el periódico y llegó a la Antártida: la vida del explorador español a 40 bajo cero
Ignacio Oficialdegui es biólogo y expedicionario y ha contado sus grandes hazañas en 'La Tarde'
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Todo empezó el día en el que un anuncio se cruzó en la vida de Ignacio. El anuncio decía: "necesitamos gente dispuesta a ir a Groenlandia a explorar una zona sin cartografiar". Y, sin pensarlo, allá que fue. Ignacio ha pisado una vez el Polo Norte y dos el Polo Sur y ha protagonizado la primera expedición que llegó al punto más alejado del mar en la Antártida. Solamente tres personas en el mundo lo han conseguido y ha recorrido más de 13.000 kilómetros sobre las mesetas heladas de Groenlandia y la Antártida. Allí, las temperaturas rondan los 25 grados bajo cero en un día soleado y los 40 bajo cero en las peores jornadas.
Su última expedición fue a principios de 2019 y ya piensa en la siguiente. El prestigioso 'Explores Club' de Nueva York acaba de reconocerlo como uno de los 50 expedicionarios más influyentes del mundo. Con Javi Nieves hemos dado voz a esta gran historia. Y, por supuesto, no ha podido faltar Ignacio que ha pasado por los micrófonos de 'La Tarde' de COPE.
"Estamos hablando ya de otro nivel, Pilar. Es fuente de inspiración y el Explores Club ha premiado su capacidad de innovar y explorar. Es un crack", decía Nieves.
Ignacio Oficialdegui es, aparte de expedicionario, biólogo. Natural de Navarra. "Es la actividad de toda una vida. De hacer pequeñas cosas e ir metiéndose en líos hasta realizar grandes expediciones que culminan en algo como esto", cuenta. Respecto a sus dos profesiones, ha contado que a lo que más se dedica es al viento. "Me ha llevado a hacer alguna de las expediciones más importantes".
El trineo del viento, es un vehículo con el que ha realizado varias expediciones en compañía de Ramón. "Él creyó que la solución a los problemas logísticos podían inspirarse en la cultura inuit. Fue la idea de hacer un trineo tipo esquimal pero más grande. En vez de utilizar a los perros, pensó en que se podría utilizar el viento y utilizar como tiro las cometas". Esa sería la clave del éxito de sus expediciones.
En un territorio donde no hay agua ni posibilidad de pescar tienen que acarrear todo el alimento que necesitan porque allí no pueden encontrar absolutamente nada.
"Hacemos miles de kilómetros con hasta dos toneladas y media de peso", cuenta Ignacio
Él acudió a Groenlandia porque estaba trabajando en unas autopistas eólicas polares para "visionar sobre la superficie del hielo Antártico y de Groenlandia unas autopistas invisibles por los cuales se puede navegar. Nos hemos dejado llevar por esos supuestos vientos y nos hemos puesto a merced del viento como se ponían tradicionalmente los navegantes sobre el mar. Pues nosotros sobre el hielo y hemos visto que los patrones se cumplen y nos permiten hacer miles de kilómetros con hasta dos toneladas y media de peso".
Funciona, por tanto, como un catamarán y tiene más ventajas. "Es más versátil y más fácil de construir".
Pilar Cisneros ha reflexionado sobre toda esta información que planteaba Ignacio y concluía: "¿Habéis hecho una especie de cartografía con estas autopistas eólicas polares? ¿Has construido una especie de google maps del viento en zonas polares?".
Este biólogo y expedicionario ha asegurado que, efectivamente, es algo así el modo en el que trabajan. "Tenemos nuestros esquemas dibujados y con la experiencia que hemos adquirido conocemos la geografía y los problemas que te encuentras en esas superficies llegando a unir sitios de interés científico cartografiando esas autopistas", ha explicado.
De lo peor que les ha ocurrido es un parón de viento aunque hay otras situaciones más peligrosas y que dan cierto temor que es cuando hay un exceso de viento y grandes tormentas. Pero, a pesar de esas dificultades, Ignacio hace estas grandes aventuras y ha sido reconocido por ello.