Cuando el cierre de la frontera con Gibraltar partió la vida de un niño
Anthony Pitaluga, archivista, rememora en "La Tarde" de COPE cómo se vivió en 1969 la división del territorio
Madrid - Publicado el - Actualizado
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"La Tarde" de COPE ha viajado este jueves a Gibraltar, horas antes de que el Brexit haga que este pequeño territorio británico quede, junto a Reino Unido, fuera de la Unión Europea. Un camino incierto que se inicia el viernes 31 de enero y que concluye con años de negociaciones para una salida definitiva del espacio comunitario europeo.
En la Grand Casemates Square, Fernando de Haro ha entrevistado a Anthony Pitaluga, archivista de Gibraltar y comisario de la exposición “Closure”. La plaza está llena de actividades comerciales, bares, lugares de encuentro, restaurantes, etc. No obstante, anteriormente sobre el suelo del céntrico lugar se levantaba un cuartel que años después, en 1969 con el cierre de la valla, se reconvirtió en lugar de hospedaje.
Ante la pregunta de la opinión de la gente respecto a lo que va a pasar tras la salida de Reino Unido de la Unión Europea, Pitaluga argumenta que no hay miedo, sino una cierta incertidumbre y cautela ante lo que está por venir respecto a la situación en la que quedará la frontera de Gibraltar. Nos recuerda que la memoria del cierre total hace 51 años, todavía está reciente.
Para conocer mejor lo que se vivió en 1969 con el cierre de la frontera nos trasladamos al punto fronterizo, donde antes se encontraba la valla que separaba ambos territorios. Un paso fronterizo que quedó cerrado y que separaba además familias e historias. Las dos fronteras no estaban juntas, sino que había un espacio neutral. Es por ello que cuando se citaban los familiares cada domingo, los gritos para hablar eran la tónica habitual.
A Pitaluga cuando era niño todos los viernes le llevaban a ver a su abuela al lindante municipio de La Línea de la Concepción. Añade que lo pasaba muy bien con ella, jugaban y se divertían juntos. No obstante el cierre truncó esta serie de visitas que se vio interrumpida. Es por ello que añade que cuando en 1982 abrieron de nuevo la frontera, “solo pude ir a visitarla al cementerio de La Línea”. “Nunca más la volví a ver”. Una de muchas historias que separaron y que aún quedan en el recuerdo de mucha gente en la zona.