En 'La Tarde'
"El Daesh secuestra a niños y les obliga a degollar primero a gatos y perros y luego seres humanos"
'Una infancia perdida' es un documental que descubre la crueldad del yihadismo con niños y adolescentes, realizado por el periodista Henrique Cymerman.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Akram, un niño de tan solo 10 años que sabe manejar armas, matar e incluso decapitar, es una de las historias que aparece en 'Una infancia perdida'. Sus padres fueron asesinados delante de él, después fue trasladado a Siria y allí le enseñaron a detonar bombas. Akram es uno de los cientos de niños de Siria e Irak que son secuestrados por el Daesh para ser entrenados como soldados.
"Todo empieza cuando el Daesh declara su califato en Mosul y comienzan a secuestrar a cristianos y se llevan a bebés y a niños de diez años y a chicas que esclavizan" relata Henrique Cymerman que cuenta como estos niños como Akram, "han vivido una historia dramática, les enseñan a degollar primero con muñecos, luego con perros y gatos y finalmente con seres humanos".
Si la historia de Akram es cruel, la de "Sahara es una historia increíble y realmente triste" señala el periodista, corresponsal en Oriente Medio para varios medios de comunicación. Henrique relata como "estando una tarde con Lisa Miara que es una de las protagonistas, una israelí de origen británico que crea una ong, SPRINGS OF HOPE FOUNDATION, en el Kurdistán para rescatar a niños de los mercados de esclavos .Una noche sentados en su casa con los hombres que le ayudan a rescatar a estos niños recibe en un WhatsApp de un hombre del Daesh una imagen de una niña con un cinturón de explosivos pegado al cuerpo y el mensaje de 'si pagáis 11.000 dolares antes de mañana al mediodía la niña será liberada si no ella será un mártir' y comienza una lucha para conseguir el dinero y al día siguiente llega una niña que lo primero que hace es quitarse el traje negro que vistió durante casi tres años y eligió un jersey amarillo para cambiar, pero su mirada era vacía, como si no estuviera allí y sigue en shock y han pasado tres meses".
Como dice Cymerman, "las heridas en el cuerpo se pueden convalecer, pero lo que está en sus mentes y en sus espíritus es mucho más difícil y son miles de niños, de adolescentes, toda una generación perdida. Y lo peor es que siento que no hay nadie en este mundo que esté haciendo algo por estos niños. Hay que llegar a los líderes mundiales que entiendan que hay que combatirlo. Daesh es lo más cruel que ha aparecido en el terrorismo mundial".