El día a día en pueblos despoblados

Uno de los principales problemas de algunas comarcas es la despoblación. Una de las zonas más afectadas en España es Teruel. Según el INE, Teruel pierde 100 habitantes cada mes. Esto se debe a dos factores principalmente: no nacen niños, y los habitantes son más viejos, y en segundo lugar, las empresas grandes abandonan los núcleos rurales. Es el drama de muchos pueblos. En 'La Tarde' hablamos con tres vecinos de tres pequeños pueblos de la provincia.

"Si hubiera mejor conexión, la gente que trabaja con el ordenador y tiene que mandar cosas se quedaría"

Elisa Buj, es la panadera de Villarroya de los Pinares, localidad de la comarca de Maestrazgo, y que apenas tiene 130 habitantes: "Me dedico a repartir el pan por los pueblos. Tengo un pueblo a 6km, que les llevo tres barras de pan porque solo son ocho habitantes, y luego algunos más grandes a los que les llevo 30 barras. En estos pueblos el problema es que no quedan muchos niños, muchos pueblos ya no tienen escuelas". Elisa asegura que el futuro no es tan negro, lo único que hace falta es mejorar el estado de las carreteras, y el acceso a Internet: "Si hubiera mejor conexión, la gente que trabaja con el ordenador y tiene que mandar cosas se quedaría, en vez de irse a las grandes ciudades"

José Listo, es el alcalde de Miravete de la Sierra, más conocido como "el pueblo en el que nunca pasa nada", gracias a una campaña de publicidad: "Depende del día, hay unos 10 o 12 habitantes, incluso a veces tan solo seis. No hay niños en el pueblo, la escuela cerró en 1980. Por aquel entonces el pueblo llegó a tener 700 habitantes". La principal vía de subsistencia era el medio rural: "La figura del campesino rural ha desaparecido. Pretender ganarse la vida a través de la agricultura y la ganadería es una ilusión, es imposible. Antiguamente con 35 o 50 ovejas vivía una familia. Ahora se necesitan 1500". 

ESCUCHA AQUÍ LAS TRES HISTORIAS | Elisa Buj, José Listo y Darjaniva Fernández en 'La Tarde' 

Darjaniva Fernández, es una emigrante venezolana que vive en Camañas, un pueblo de tan solo 100 habitantes: "Llegamos a Camañas después de ver un programa de televisión donde decían que los jóvenes volvían a los pueblos. Contactamos con la asociación contra la despoblación y nos pusieron en contacto con pueblos que necesitaban familias. Nos presentaron varios pueblos y ganó Camañas”. Tanto ella como su marido trabajan en una empresa de producción de cerdos: "Salimos de Venezuela buscando un mejor futuro, esas oportunidades que nuestro país no nos las puede dar. Somos una pareja joven que quiere formar una familia. Lo único que nos falta aquí es la familia que nos queda allí”