La foto de Fernando de Haro: "Se inclinan los árboles suplicando que se levante el día..."
La foto del día
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Foto de un río que serpetea espeso bajo un tunel cerrado de árboles casi desnudos, árboles que se derraman sobre orillas desganadas, románticas, melancólicas. El agua del río, perezosa, viaja con poco brío y la vida que es muy rápida se aprovecha y florece en la superfice y en las profundidades. No se ven en la foto pero seguro que en el río que es como el ojo de un ciego, nadan carpas grandes y viscosas. Un pescador, en la popa d de una canoa delgada y agil lanza el hilo para pescar los carpones más bigotudos. Entre las ramas tristes se enreda una bruma cerrada, una niebla como una congoja vieja, como una sentencia humeda, como un destierro de la tierra de la alegría. La foto parece un cuadro de época, uno de esos cuadros que retratan naturalezas mortecinas, paraisos oscuros. La foto parece el retrato de un alma confundida por los vapores de la desesperación, vapores que borran las antiguas palabras que durante un tiempo explicaban el mundo y que ahora son puro humo, vapores que desdibujan todo lo que parecía solido, vapores de duda. La foto parece el retrato de esa niebla que empantana los ojos cuando los viejos amigos han cambiado sus palabras tiermas y sus abrazos por frases educadas, por una frialdad que duele. La foto parece el retrato de todo lo que se ha desdibujado, del amor que se ha convertido en resignación. Corre el río lento esperando agua de refresco, se inclinan los árboles suplicando que se levante el día.