La foto de Fernando de Haro: "Vino el silencio de la pesca con mucho ruido en la cabeza"
La foto del día de Fernando de Haro.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La foto está tomada en la orilla de un lago de Kansas que no está ni al Este ni al Oeste de Estados Unidos, está en el centro. Las siluetas de un padre y un hijo, de un hombre y un niño se recortan negras sobre el agua que parece magma, que parece que el lago es un pantano de lava incandescente, lava rubia y roja con fulgores verdes. En realidad el agua tranquila del lago parece la boca de un volcán por efecto del sol que se pone y que juega con las olas diminutas y por eso parece que la pareja está pescando en ascuas líquidas. El niño tiene el pelo rizado, probablemente es negro, el padre se cubre la cabeza con un gorro, probablemente es calvo. Los dos van en pantalón corto y los dos apuntan sus cañas en la misma dirección. Hace rato que se callaron para no asustar a los peces pero le han cogido el gusto al silencio, y escuchan los graznidos y los silbidos ásperos de los patos, el rumor discretísimo de las libélulas, el saludo de algún búho tempranero. El agua hace chop chop con mimo. Y el sedal, al lanzarlo, rompe el aire y se lamenta con un silbido profundo porque acabará mojado. El padre, cuando se les vino encima el silencio de la pesca, tenía mucho ruido en la cabeza. El ruido del trabajo que ha quedado pendiente, los detalles de algún proyecto inminente, el seguro del coche que está sin renovar, el cansancio por las últimas recriminaciones de su mujer. El padre, cuando se les vino encima el silencio de la pesca, tenía mucho ruido en la cabeza. Ahora ha empezado a fijarse en las ondas del lago, en la vigilancia de su hijo hacia la corchuela que flota y que dará la señal de que han picado, ahora mira atento, por fin atento, a los cambios en la luz de un día que se despide. Ahora ha empezado a estar atento a las cosas, a estar atento a sí mismo, a la nostalgia que le nace al borde de la boca del volcán.