La foto de Fernando de Haro: "La moza avanza por la linde con una falda larga con volantes"

La foto de hoy es una foto de Jacques henri- Lartigue. Hay una exposición con sus obras en Madrid. El francés hizo retratos a principios del siglo XX, retratos de chicas guapas, elegantes, con miradas lánguidas y exquisitas, con caras de modelos de Julio Romero de Torres, con coches de época que con el rugido de sus motores cantan el amor al peligro y a la temeridad. En este caso la foto es de una muchacha que pasea en la linde que separa varias fincas. Al fondo un encinar espeso, un monte sin limpiar. Y en el campo los surcos profundos de una tierra que espera la simiente. Las líneas aradas, simétricas y ordenadas parecen una pauta de un cuaderno de caligrafía. Parecen una tablilla en la que escribir con buena letra oraciones para motivar la virtud, consignas de recta conducta. La moza avanza por la linde con una falda larga con volantes, una falda vaporosa que le da un aire ligero. La moza gasta también una chaqueta de manga larga muy ceñida en el talle y un gorrito de película de Jean Austen. La moza ha salido de casa con una pequeña sombrilla para que el sol no bronceara sus mejillas porque la moda impone aparecer con la piel blanca como el alabastro. Pero, mira por donde, se ha levantando una brisilla traviesa que ha empezado a soplar con alguna fuerza y el parasol coqueto, con encajes y estampados, el parasol se escapa hacia el cielo. La muchacha salta, queda en el aire y alarga la mano, pero no alcanza a coger el mango. Y los surcos del campo, las pautas, las líneas para la caligrafía se estremecen de envidia porque la moza salta con gracia, con ese donaire que nunca dan las reglas, ni las series, ni la buena disposición. Salta regalando hermosura.