La foto de Fernando de Haro: "No vale el recuerdo del vino bebido, hace falta que la copa se vuelva"

La foto del día

Fernando De Haro

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Foto de una cata de vino en una ciudad francesa. Es de noche, una noche azul, quizás sea el filtro de la cámara. Cinco copas se alzan, copas con panza ancha y cuello estrecho, copas con un duro largo de vino rojo. Una joven mete la nariz en la primera copa, mientras lo hace levanta el meñique y el angular y se concentra para descubrir en las olas de uva fermentada los olores de lo nuevo que acaba de llegar, los olores de siempre. Otras tres copas se oxigenan en las manos de los que celebran la fiesta. La quinta ya está vacía, apurada. Vino y se fue dulcemente de un tiempo a otro tiempo el vino de la alegría. El vino nuevo, el vino joven, ha llegado. Celebra el beneficio de la cosecha, celebra que hubo provecho, que las viñas brotaron, que la embestida del pulgón no trajo ruina, que ni el bochorno ni la langosta pudieron con ellas. Celebra que a la noche sigue el día, que al día sigue la noche, que al estío le sigue el otoño, que la juventud sabia le sigue la vejez estúpida. El vino nuevo celebra que cuando todo parecerse repetirse todo se estrena. No hay inmortal retorno, no hay un círculo que de vueltas. En el comienzo está el fín, en el fin está el comienzo. Las uvas de este año no son las del año pasado, ni las del año pasado las del año anterior. Nadie disfruta del vino, nadie lo celebra, si cree haberlo bebido ya. No es el mismo vino. NO vale el recuerdo del vino bebido, hace falta que la copa se vuelva a llenar . Levanta la copa. El vino nuevo ha llegado.