"La justicia va lenta": El agresor de la hija de Mari Carmen tarda en entrar en prisión 18 meses

Mari Carmen descubrió que su hija, de 16 años, estaba sufriendo violencia de su novio, 22, y ha contado en 'La Tarde' cómo están ahora que, un año y medio después, entra en prisión

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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"Le dijo a mi sobrina que este chico la maltrataba y que tenía un bocado en la espalda, le pregunté y me dijo que era un golpe que se había dado en el gimnasio. Sus amigas se pusieron a llorar, a decir por favor cuéntaselo, y mi hija me dijo que él le maltrataba. No me lo podía creer".

Así cuenta Mari Carmen en 'La Tarde' el momento en el que descubrió que su hija, de tan solo 16 años, está siendo maltratada por su novio de 22. Esto ocurría el 25 de marzo de 2022. A partir de ahí comienza la pesadilla: parte de lesiones, acudir al juzgado... Pero su hija no corta de inmediato, y cuando comienza el juicio por lo penal, la chica se niega a declarar contra él.

Un año y medio después, entra en prisión

Mientras, la familia soporta continuas humillaciones por parte de este chico, hasta que por fin, a finales de junio, su hija rompe la relación y vuelve a interponer una denuncia en el juzgado. Ahora, un año y medio después de aquella primera noticia que recibía Mari Carmen, podemos decir que se hace justicia, porque hoy mismo ese individuo, por fin, entra en prisión. "Estoy contenta, nerviosa a la vez, y esperando que nos llegue la noticia" expresaba Mari Carmen.

Fueron 9 meses, largos meses, en los que Mari Carmen vio impotente, como destrozaban a su hija en una relación tóxica y de maltrato. Meses de vivir un infierno, empezando porque al principio, hasta cierto punto, ella lo negaba: "Son momentos duros, porque tienes que hacer lo imposible para que ella se dé cuenta, y después que no tenga miedo a las amenazas y quiera denunciar. El miedo ha estado rondando y continúa, pero no nos ha paralizado", y añadía que su hija "ahora está feliz, deseando que llegara el día de hoy, porque por fin se va a hacer justicia".

Como madre, Mari Carmen no puede entender cómo no se dio cuenta de lo que estaba pasando: "Te sientes culpable, porque lo que menos te puedes llegar a imaginar, ni mi marido ni yo, es que fueran malos tratos, te piensas que es la adolescencia o problemas en el colegio".

Según un informe de la Fundación ANAR, las chicas jóvenes que sufren violencia por parte de sus parejas, tienen de edad media 16 años. Un 37% de los chicos considera que no es violencia de género, apoderarse de la contraseña de la otra persona para revisar mensajes y fotos; y 1 de cada 5 chicos cree que la violencia de género no existe.

Lorenzo Silva ha dicho en 'La Tarde' que "es un problema que ya hace años que lo vienen denunciando los profesionales, que había una especial incidencia de este tipo de violencia en las personas más jóvenes. Es un problema que recae sobre víctimas indefensas, más si hablamos de menos de edad, sin madurez, para hacer frente a esta situación sola".

El proceso judicial continúa

"Cuando una persona sufre una situación intolerable como esta, al calvario que ya le plantea estar expuesta a los desmanes de un sujeto así, tiene que sumar el calvario que le impone la burocracia judicial, que es lentísima e impone tantas cargas a las víctimas, incluso tratándose de una legislación que tiene una jurisdicción especial" apunta Silva.

Aunque lo peor ya ha pasado, Mari Carmen cuenta que todavía tienen juicios pendientes: "Muchas denuncias, muchas horas de juzgado, ves que la justicia es muy lenta. No hay que esperar tanto, porque tiene libertad para seguir haciendo de las suyas, no solo a mi hija, sino a las que vendrán detrás".

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Desde su experiencia, esta madre aconseja a esas personas que están en la misma situación o sospechan de poder estarlo, "hablar y el apoyo incondicional. Jamás reprocharle nada. Los padres se tienen que apoyar para que se sienta arropada, porque psicológicamente te satura y puede haber discusiones. Ella se siente culpable, pero no tiene culpa de nada".

Durante este año y medio, su madre puede decir que ha visto una evolución en ella y en su forma de ver las relaciones: "Empezó una relación con un chico, y no tiene nada que ver. Mi hija no se siente obligada a hacer nada, su mirada es de una niña feliz".

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