Las cartas inéditas de la llegada de Cristobal Colón a América
Las emisivas certifican que Colón llegó a tierra, concretamente a Lisboa, el 3 de mayo de 1493
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El 3 de agosto de 1492, Cristobal Colón salió del puerto de Palos de la Frontera. Su destino era llegar a las Indias, pero encontró otro continente, encontró América. Su vuelta fue exitosa y así lo cuentan un par de cartas que se han encontrado ahora. Las emisivas certifican que Colón llegó a tierra, concretamente a Lisboa, el 3 de mayo de 1493.
Este viernes en 'La Tarde' en COPE, la directora del archivo histórico de la nobleza, Aránzazu Lafuente, nos cuenta quién escribió esas cartas y por qué. "Las cartas eran diplomáticas escritas por el rey de Portugal, Juan II, y la dirige a Fernando el Católico y a la corte de Castilla y Aragón, que estaban en Barcelona. Se han encontrado ahora porque el archivo histórico tiene muchos documentos que son privados y muchas veces no se puede tener todo controlado, es el caso del sitio donde han aparecido. En el momento en el que nosotros hemos hechos la digitalización de estos papeles pues han saltado'', explica la directora.
"Esta información sirve para completar todos los datos que se conocían por el propio Colón en sus diarios. No ha quedado constancia escrita de las actuaciones relacionadas con el descubrimiento. Solo se conoce lo que escribieron los cronistas de la época en la corte de los Reyes Católicos. Estos documentos son los primeros originales que certifican y dan constancia que Colón llegó a América y regresó a Lisboa. El tema controvertido entre el almirante y el Rey de Portugal es que antes de ofrecerle su ruta de navegación para llegar a las Indias a la Reina de Castilla, se la había ofertado al portugués ya que Colón había vivido en Lisboa varios años'', continúa Aránzazu.
"La factura de los documentos son preciosos. Primero porque se han conservado muy bien y están en perfecto estado. Están escritos en portugués del siglo XIV. También se ha conservado en el dorso, al ser una emisiva, se plegaba y se cerraban con unos sellos, para certificar que no se había abierto. Y ese lacre se ha conservado en la impronta de las armas de Portugal con la dirección. Los documentos iban a caballo o a mano y pasaban por una serie de estafetas para cambiar los caballos'', concluye la directora.