Las postales no son solo cosas de turistas
Marina Planas, artista visual: "El archivo fotográfico que tenemos es muy grande, son como tres millones de imágenes. Luego hay una colección de unas cinco mil cámaras."
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Las postales son unas tarjetas rectangulares de cartulina, o cartón fino, preparadas para escribir y enviar por correo tradicional, sin necesidad de usar sobre. En ellas las playas, ciudades, parajes naturales, monumentos, atardeceres... tienen lo mejor y más representativo del lugar en el que nos encontramos.
Estas tarjetas fueron el producto turístico por excelencia cuando llegaba el turismo de masas a nuestro país: postales que viajaban por todo el mundo promocionando los inicios de España como destino turístico; los primeros hoteles con piscina, las playas, las flamencas o la paella.
Ya sabemos que hoy día lo que prima es que cuando se llega a un destino se manden mensajes, se haga una radiografía del viaje en redes sociales. Esto puede hacer que parezca que esta bonita forma de tener un recuerdo se haya perdido, pero no es así.
Para Eva lo más importante no es mandar fotos ni subirlas a las redes, sino llevar postales, comenta que “ puedo mandar tres o cuatro más la que me traigo para mi”
“Creo que sí que es romántico y sobre todo para mí, pues es bueno, pues en mitad de un viaje de estar fuera de la rutina, el demostrar que te acuerdas de alguien. Que que has invertido ese tiempo en buscar una postal en buscar un sello.”
Nos cuenta que hay muchos tipos de postales, entre ellas nos trae una con una sorpresa: una postal de la puerta de Brandenburgo con un trozo del muro de Berlín.
Marina Planas es una artista visual y tiene un impresionante archivo fotográfico y de postales de las décadas, 50, 60 y 70 del siglo pasado.
Comenta que “ nosotras que sepamos, tenemos el archivo más importante importante de Europa dedicado al turismo, o sea que es un archivo bastante importante en cuanto al tema del turismo y de la postal.”
En el lugar que ella está ahora es el laboratorio de su abuelo, un apasionado de la fotografía, nos cuenta que “ llegó a hacer la mili en Baleares y se enamoró de la isla y él siempre había llevado una cámara fotográfica.” “ Decidió abrir un establecimiento de fotografía y también se puso a hacer toda la publicidad de los hoteles y posteriormente se puso a hacer postales.”
Ellas tienen un archivo de imágenes y además cuenta que “ lo que tenemos es un programa de residencias artísticas, que funcionan por convocatoria abierta y los artistas pueden presentar y hacer proyectos.”
Termina apuntando que “ el archivo que tenemos es muy grande, son como tres millones de imágenes. Luego hay una colección de unas cinco mil cámaras.”