¿Qué es el 'efecto Mateo' y cómo influye la lectura en casa en el rendimiento en el colegio?

Según los expertos, no solo es importante que los padres lean con los niños, sino que también los propios progenitores tengan un hábito de lectura

Redacción La Tarde

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Llegamos a casa después de un largo día y lo último que nos apetece es coger un libro. Ponemos la excusa de que llevamos todo el día leyendo, delante de una pantalla, aunque eso no puede considerarse realmente lectura. Tampoco ayuda a que cada vez nuestro mundo sea más audiovisual, y dediquemos nuestro tiempo de ocio a navegar en nuestro móvil o Tablet antes que zambullirnos dentro de un libro.

La verdad es que cada vez nos cuesta más mantener un hábito de lectura, y eso que no solo es beneficioso para nosotros mismos, sino también para los más pequeños de la casa. Se ha demostrado que los niños de 4º de Primaria, es decir, entre los 9 y 10 años, cuyos padres leen con ellos llevan medio curso de ventaja en comprensión lectora respecto a los que no tienen esta costumbre.

Es importante que los pequeños vean a sus padres leyendo con asiduidad, pero, sobre todo, es esencial reservar un rato para leer con ellos y que entiendan, pregunten y reflexionen sobre lo leído. Y es que entre el 20 y el 23% de los alumnos españoles a partir de 4ª de Primaria y Secundaria suspende en comprensión lectora, lo que puede acarrear un futuro fracaso escolar.

Silvia Blanc, doctora en Psicología de la Educación, profesora en la Universidad Autónoma de Barcelona y coautora de la guía del programa “Las familias aliadas de la lectura”, ha explicado en ‘La Tarde’ que han detectado que cuando los niños son más pequeños hay más preocupación por la lectura: “A las familias les preocupa mucho que aprendan a leer. Esta presión está muy presente entre padres y maestros cuando están a finales de Infantil o a principios de Primaria.” Una vez que las familias ven que el niño ya sabe leer, se nota un relajamiento en el hábito de lectura. “Es ahí donde hemos de seguir insistiendo en que la lectura nos acompañe siempre, que no sea una cosa puntual como el aprender a andar. Vale, ya anda, ya nos hemos relajado, ya estamos contentos”, comenta Silvia.

Por su parte, Juan Mata, profesor de Didáctica de la Lengua en la Universidad de Granada, hace hincapié en el término “conleer”. “No es lo mismo leer a otros, que leer con otros, que supone una incidencia mayor en la idea que leemos al lado de otros, con lectores expertos que nos van introduciendo en el significado del mundo a través de las palabras”, apunta Juan.

El profesor granadino coincide con Silvia Blanc en que no se trata de una tarea que acabe en el momento en que el niño adquiere una autonomía para leer solo. “Es ahí precisamente donde empieza el camino. Es donde creo que habría que incidir, no solo en el aula, sino en otros ambientes donde los niños y niñas se mueven”, destaca Juan Mata.

Cómo compaginar el mundo audiovisual con el hábito de lectura

Las alternativas a la lectura son muchas más ahora que hace unos años. Los más pequeños están rodeados de lo último en tecnología, algo que en la mayoría de casos les puede resultar más atractivo que ponerse a leer un libro. Aún así, el profesor no considera que las nuevas tecnologías sean el problema de la falta de lectura de los niños. “A mi juicio, creo que todavía no tenemos datos objetivos suficientes para adjudicar esa responsabilidad a la aparición de las nuevas tecnologías. El problema es muy anterior a la aparición de las tablets, los teléfonos móviles, ordenadores…”, indica Juan.

Según el profesor de Didáctica de la Lengua, el problema aparece en los primeros años de vida. Se explica con el “efecto Mateo”, llamado así porque proviene del siguiente versículo del Evangelio de San Mateo: “Al que tiene, se le dará más y abundará, y al que no tiene, aun aquello que tiene, le será quitado.”

Como indica Mata, si a los niños se les proporciona desde sus primeros años de vida una introducción a la lectura a través de canciones, conversaciones, lecturas en voz alta… irán incrementando sucesivamente sus conocimientos y su comprensión lectora. Por el contrario, según el profesor, niños que tienen esa carencia, irán disminuyendo esas capacidades conforme pasen los años.