¿Podríamos vivir en un mundo sin abejas? Un experto en microbiología avisa de las consecuencias si desaparecen
Recrear la actividad que desempeñan estos insectos polinizadores tendría un coste de 200 mil millones de euros cada año a nivel global
Madrid - Publicado el
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La sequía nos ha afectado de diversas formas. Hemos visto reducido nuestro consumo de agua, ya fuese para consumo propio, regar grandes cultivos o en piscinas y playas. Sin embargo, también ha afectado a las abejas, unos animales que son fundamentales para la supervivencia de los ecosistemas.
Tal y como cuenta la apicultora Yolanda Martínez, además de una reducción en la producción de miel, también ha disminuido su población. También han tenido que cambiar su nutrición, con glucosas que sustituyen a la miel y alimentos proteínicos en vez del polen.
Un tercio de la alimentación mundial
Las abejas son un tipo de insectos polinizadores que impregnan sus alas y cuerpo con polen para poder llevar a cabo la reproducción sexual de las flores. Realizar esta actividad de forma manual tendría un coste de miles de millones de dólares, tal y como asegura el divulgador científico, Jorge Alcalde.
La importancia de esta actividad radica en que un tercio de la alimentación mundial depende de este proceso. "Uno de los últimos mazazos que reciben es la sequía", dice.
En Europa existen 2.500 especies de este tipo de insectos. De ellos, el 10% se encuentra en peligro de extinción, mientras que otro 40 está en declive. El motivo de esta preocupante situación se debe a diversas razones. Sus hábitats están desapareciendo por la sequía, la industrialización o el abandono del campo. Igualmente, el aumento de las temperaturas a nivel global está relacionado. Por último, algunas enfermedades endógenas y el uso de pesticidas.
"Pilares de nuestro planeta"
El Catedrático de Microbiología de la Universidad de Salamanca, Raúl Rivas González, ha analizado en 'La Tarde' las consecuencias de no tener ninguna especie que realice las labores de las abejas.
"Lo más probable es que nuestra existencia como especie se tambalearía", comenzaba. Estos insectos son importantes para que las plantas produzcan alimentos, que los suelos no sufran erosión o que el ciclo del agua no sufra alteraciones.
La situación de esta crisis viene de tiempo atrás. Aunque es multifactorial, el cambio climático tiene "una incidencia bestial". A veces la genética de los individuos o los pesticidas son los que acaban con la vida de estos polinizadores, pero "por encima de todo" están los patógenos. Las bacterias, virus, hongos, o ácaros disminuyen la población haciéndola enfermar y la sequía predispone a tener menos capacidad de defensa.
Se están desarrollando algunas estrategias para que se pueda remediar esta situación y hacer que no se reproduzca en el futuro. Una de ellas es la vacunación, dirigida a las "abejas domésticas". En concreto, está destinada a una de las enfermedades más importantes, ocasionada por la bacteria Paenibacillus larvae.
El proceso de vacunación es a través del alimento de las reinas. Esto es habitual cuando se quiere aportar suplementos a la colonia de esta forma. "Si administramos la vacuna a través de la comida, actúa a nivel de los ovarios y tiene la capacidad de transmitirlo a las larvas antes de que los huevos eclosionen", explicaba el catedrático. Con esto se ha podido reducir la mortalidad de la enfermedad en un 50%.
Biomimética, una solución "inasumible"
Algunas compañías robóticas están investigando la imitación de la naturaleza para ofrecer una solución por si fuese necesario llevar a cabo la función indispensable de estos animales. "Han conseguido hacer robots del tamaño de hormigas, mariposas y también se están intentando robots polinizadores", apuntaba Rivas.
Sin embargo, el coste que tendrían sería "inasumible". Solo en Estados Unidos, la tarea que realizan las abejas suponen 15 mil millones de euros cada año y a nivel global, en torno a los 250 mil millones de euros.