¿Quién controla las luces de los semáforos en una gran ciudad? 'La Tarde' conoce uno de estos centros
En lugares como Madrid, donde existen grandes tramos de circulación y muchos vehículos, 'La Tarde' se ha desplazado para conocer a las personas que hacen que todo esté en orden
Publicado el - Actualizado
2 min lectura
Seguro que alguna vez te has preguntado cómo se controlan los semáforos y el tráfico de una gran ciudad. Y es que, con sus luces, que deben ser respetadas siempre, mueven y paran el flujo de vehículos que circulan por las calles de grandes urbes.
Pues para esclarecer la primera cuestión, el equipo de 'La Tarde' se ha desplazado hasta el centro de Gestión y Vigilancia de la Circulación de Madrid. Allí, la copresentadora del programa, Pilar Cisneros, ha podido hablar con la directora general de gestión y vigilancia de la circulación, Marta Alonso.
¿De qué depende el tiempo que dura la luz verde o roja?
En ese centro madrileño se controlan de 2.900 cruces y cerca de 60.000 cabezas de semáforo y su directora, asegura que el tiempo que dura una luz roja o verde, depende de “la demanda real del tráfico, y en función de ello varían de unos momentos a otros”.
Alonso aclara que “para los peatones siempre hay un plazo mínimo establecido” que siempre dura lo mismo. Este viene dado por la ley de accesibilidad, que tal y como cuenta la directora, va a “medio metro por segundo”.
Asimismo, Cisneros ha explicado en su programa que “los semáforos funcionan automáticamente por un algoritmo que mide el tráfico del cruce que controla”.
Y esa automatización, conforme señala Alonso, es una labor llamada “ingeniería de tráfico”, para la que hay más de 9.000 sensores en el pavimento, que son los que van controlando un poco las variaciones de demanda.
“Ofrecer la mayor fluidez posible para todos”
Por otro lado, la directora ha querido precisar que “las cámaras de tráfico no multan”, ella los ha definido como sus ojos en la calle.
Así, ha ejemplificado con un coche que aparca en doble fila o tiene un accidente en una calle. En ese momento “entran menos vehículos en esa calle”, y desde el centro se encargan de hacer las llamadas “forzaduras y variar sobre la regulación, incluso un poco más, para favorecer que no se haga tanto atasco”.
El objetivo principal de este tipo de centros en ciudades como Madrid, u otras grandes urbes con mucha afluencia de tráfico y cruces, no es otra, según Cisneros, que “ofrecer la mayor fluidez posible para todos”, a lo que Alonso ha añadido dar “seguridad”.