Wynna fue condenada 24 veces. Ahora ha dado un giro radical a su vida: "Quiera o no, es mi pasado"

Condenada hasta en 24 ocasiones siendo menor de edad, esta joven canaria ha conseguido dar un cambio radical a su vida y su entorno no deja de mostrar sorpresa por el giro

Redacción La Tarde

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Decimos a veces que alguien ha vuelto a nacer cuando ha sobrevivido a un accidente o cuando ha superado una enfermedad grave, pero no siempre tiene que ser por un motivo así. En ocasiones se puede considerar que uno ha renacido después de dar un giro radical a su vida.

Eso precisamente es lo que le ocurrió a Wynna. Esta canaria no tuvo una infancia, ni mucho menos, una adolescencia fácil. Hasta 24 veces fue condenada siendo menor por robos en casas, tiendas de ropa, e incluso a su propia familia. Pegaba también a su madre, desaparecía durante días de casa, llevaba alcohol a clase, consumía drogas y un largo etcétera de diversos delitos. Con tan solo 14 años se enfrento por primera vez a un juez, después de que su propia madre no tuvo otra opción que denunciarla.

Aunque han pasado ya años, Wynna se reconoce y también se emociona al oír su historia. “Ha sido parte de mi vida y la verdad es que ha sido un gran cambio, y quiera o no ese es mi pasado. A veces duele un poquito”. Graduada en Derecho, con casi un 9 de media, ahora trabaja como educadora de menores y prepara oposiciones para ser jueza de menores.

¿Cómo llegó a dar ese paso y cambiar radicalmente su vida? La joven admite que a pesar de que cada vez lo pasaba peor cuando acudía a los juzgados, también le apasionaba el mundo de las leyes. En el último juicio que tuvo Wynna tenía 24 años y ya era madre, por lo que decidió que debía cortar con todo. “Cuando salí del juicio me dije: “no puedo seguir teniendo este miedo cada vez que vengo aquí”. Ahora quiero estar en el otro lado”.

La joven reconoce que con ella “no funcionó nada” y considera que hay cosas que pueden mejorar en el sistema judicial, después de haber vivido la experiencia desde dentro. “Yo era de esas personas que se dice que no tienen remedio. Lo único que quizás funcionó es que alguna persona viniera y me diera aliento y me impulsara a seguir un camino. Fue el cariño y el amor lo que me ayudo a seguir adelante”, apunta Wynna.

Reyes Martel, magistrada del juzgado de menores número 1 de Las Palmas de Gran Canaria, fue la primera jueza frente a la que se puso Wynna. “Imposible olvidarla”, dice Reyes.

La jurista ha recordado en 'La Tarde' cómo fue su reencuentro con Wynna años después de haberle perdido la pista. Fue en un encuentro de jueces de menores que dirigía la magistrada. “Había un foro internacional que se celebraba simultáneamente y en colaboración con la Universidad de Las Palmas”, cuenta Reyes. Un colega le pidió si podía llevar a tres alumnos para que pudieran conseguir créditos para su grado con la actividad. Y entre esos alumnos, para sorpresa de la jueza, estaba Wynna.

Reyes Martel también ha aprovechado para destacar lo delicado y difícil que puede ser a veces la labor de un juez de menores: “Se pasa mal, porque no sabes que hacer en muchos momentos. Notas a veces que se te van de las manos. Sientes impotencia porque prácticamente te conviertes en el padre jurídico de esos niños, intentándolo todo para que vayan por el buen camino”.

En España actualmente ejercen un total de 82 jueces de menores. “Tendríamos que tener más medios, no ser tan ignorados y a lo mejor nos iría mejor. Muchos chicos se nos escapan de las manos y luego los vemos como adultos en prisión o en la calle”, ha indicado la magistrada canaria.

La historia de Wynna arroja un poco de luz a ese futuro incierto de muchos jóvenes, demostrando que aunque a veces la sociedad o el sistema judicial da por perdidos ciertos casos, puede haber una salida.