Trucos para ahorrar con una planificación de gastos: qué debemos descartar y cada cuánto debemos controlarlo
En el contexto económico en el que estamos, todo lo que podamos hacer por controlar nuestro bolsillo será bueno. Fernando Trías de Bes cuenta en 'La Tarde' cómo planificar gastos
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No solo es necesario que las empresas, grandes o pequeñas tengan un presupuesto o un plan de negocio, las familias y más en un contexto de inflación como el que vivimos y con un inverno por delante que se prevé muy duro, necesitamos más que nunca tener las cuentas claras. Saber cuantos ingresos y gastos tienes y ser capaz de extrapolar eso datos a los próximo meses e incluso años.
¿Pero eso se puede hacer? No solo se puede, sino que se debe.
Con motivo de ello, hoy en 'La Tarde' Pilar Cisneros ha hablado con el economista Fernando Trías de Bes para hablar de los beneficios de hacer una planificación de gastos.
Antes que nada, hay que analizar a dónde se nos puede ir el dinero. A fin de cuentas, todos hemos hecho alguna vez una compra y, al llegar a casa, darnos cuenta de que no hemos comprado nada. O, por ejemplo, caprichos que apenas utilizamos y que al mes nos arrepentimos de haber comprado.
Pero, a pesar de que con una planificación se busca controlar los gastos que hacemos, el objetivo principal es vivir mejor, no amargado.
Para organizar los gastos, Trías de Bes dice que debemos apuntar todo el dinero que puedes ganar en toda una vida. Pero, de base, es clave que hagamos un balance de todo lo que gastamos el año pasado.
¿Por qué? Porque es la manera más realista de estimar lo que podemos gastar este año. Así tendremos una imagen de nuestros gastos.
Estas planificaciones se hacen para un año vista, aunque el economista insiste en que es mejor hacerla con vista al medio o largo plazo.
Además, hay que tener en cuenta las diferentes situaciones de vida que nos van ocurriendo con el paso de los años. Vivir solo, con pareja, casado, con hijos, cambio de trabajo...
Este ahorro que haremos gracias a organizar nuestros gastos está para los momentos complicados: un consumo futuro. ¿Cuánto quiero ahorrar en un año? ¿Y en 7 años?¿Cuánto quiero reservar para el futuro?
Al final, para cada uno hay cosas importantes diferentes, por lo que tiene que haber consenso familiar en objetivos: a qué renunciamos, cómo lo hacemos.
En cuanto al seguimiento, se debe tener un control cada mes o dos meses pero sobre todo un balance a final de año. Tampoco debe convertrse en una obsesión.