¿Es capaz la inteligencia artificial de demostrar emociones? Las claves de los nuevos avances de esta tecnología

Estela de María, CEO de una consultora, nos cuenta las claves de cómo nos analizan: "basta con una conversación telefónica"

David Nieto Cortés

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Que la tecnología es algo que está completamente integrado en nuestras vidas no es nada nuevo, de echo llevamos muchos años ya familiarizándonos con todo tipo de dispositivos, tanto personales, de salud, de domótica, en el coche y en definitiva, en casi cualquier situación.

Además, no son pocas las películas en las que podemos ver robots o vehículos futuristas que muchos pensamos que se harán realidad en un futuro no muy lejano, aunque algunas ya lo son. Un sencillo ejemplo que ahora está en pleno auge, aunque ya lleve años entre nosotros, es la inteligencia artificial, abreviada como IA, o AI si sus siglas son en inglés.

Que la IA se ha colado y se sigue colando en nuestras vidas no es algo que a nadie le sorprenda, ya estamos más que acostumbrados a utilizar los asistentes virtuales, que tienen gran participación de la IA, y hace unos meses que ChatGPT era el tema de conversación de muchos ciudadanos. Una herramienta que generaba imágenes y texto de todo o casi todo lo que pedías como por arte de magia.

Las emociones

El próximo paso, que también se está alcanzando ya, es que la Inteligencia Artificial sea capaz de mostrar sentimientos y emociones con quienes interactúa, y lo más importante, que lo haga en función de con quien está interactuando. El problema en este caso viene por el miedo que produce a mucha gente el que algo que no deja de ser una máquina, tenga sentimientos, y eso es porque lo ha aprendido de nosotros.

Conexión entre humanos y robots

Estela de María, CEO de Pentaquark Consulting, afirma que “la inteligencia artificial emocional, es capaz de reconocer, a través de nuestra voz, gestos, respuestas... cual es el estado afectivo que tiene el usuario. Al reconocerlo, nos redirige en función del sistema que estemos utilizando”.

Su uso está siendo polémico debido a que mezcla nuestros estados anímicos con la publicidad, algo que puede hacer que nos recomiende la compra de productos o servicios que el sistema puede detectar que nos hace falta para solucionar el problema.

El control

La IA puede detectar nuestro estado anímico con, por ejemplo, una conversación telefónica, al igual que el los vehículos modernos puede detectar la fatiga, a través de aplicaciones que ayudan a tratar enfermedades, también con la salud mental, aplicaciones que te hacen compañía...

Pixabay

Tecnología e Inteligencia Artificial

Un ejemplo sencillo es la monitorización que se puede hacer con una simple llamada telefónica. Si nos llega una llamada publicitaria con el objetivo de vendernos algo, la IA se encarga de analizar, a raíz de nuestra voz, que es lo único que tiene, el saber cual es nuestro estado de humor, ánimo, felicidad... Pero es que además de eso, la Inteligencia Artificial también analizará la conversación, para que incluso durante la misma, pueda adaptar todo tipo de productos a nuestras necesidades.

Si nos están vendiendo un seguro de hogar, pero durante la conversación surge un “no puedo hablar mucho tiempo que tengo que coger el coche para ir a recoger a mis hijos al cole”, automáticamente, el teleoperador, por sugerencia de la IA que escucha la conversación, sabrá que ofrecerte para tu coche y para tus hijos.

No obstante, nos de más o menos miedo, la tecnología y la Inteligencia Artificial han llegado para quedarse y se implanta con el objetivo de hacer el bien, ya que la tecnología está para ayudarnos, aunque, como en todo, un mal uso de ella puede ser demasiado negativo.