Las emociones tras el parto: una catedrática de bioquímica señala cómo cambia el cerebro de los padres
La médico Natalia López cuenta en la tarde de COPE como son las emociones cuando nace el primer hijo.
Madrid - Publicado el
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El amor a los hijos es el más intenso que experimenta nuestro cerebro. No existe otro igual, ni siquiera cuando estamos enamorados de nuestra pareja. Así lo afirman los datos de la universidad de Aalto de Finlandia. Pero, ¿Qué cambia en el cerebro de los padre cuando tienen a su hijo?
Natalia López, catedrática emérita de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Navarra afirma que gracias a la plasticidad del cerebro este se reprograma para adaptarse al cuidado del hijo. Algo que la madre produce ya cuando está en el proceso de gestación del bebé. Además, existen partes concretas de cerebro que se activan o se silencian cuando ella ve una foto de su hijo. Y esta técnica se usa para medir las emociones del cerebro que se han desarrollado durante esa gestación. “Al ver al hijo y oírle... siente una felicidad especial”
Además, el cerebro de la madre es capaz de cambiar su comportamiento según lo cerca que esté de su hijo. Mide la distancia con su hijo utilizando el sistema de recompensa que activa el cruce de felicidad, y lo mismo pasa cuando ella ve una fotografía de su hijo. Cuando están cerca se silencia el cruce negativo.
Cuando el hijo nace las emociones se multiplican
Aunque ya cambiaba con la gestación, cuando el hijo nace y la madre le ve fuera de su cuerpo, de vuelve a activar ese sistema de recompensa que se desarrollaba en la gestación, puesto que al luego ver al niño se siente una felicidad especial con este sistema de recompensa, que hace con la unión amor madre hijo el verlo todo sin defectos.
El cerebro del padre también cambia
Aunque no sea el quien lleva realmente dentro al niño, los cambios llegan de una manera más notable a su cerebro cuando este nace y le ve físicamente. Los cambios no son los mismos que los de la madre, que ha llevado dentro a su niño durante 9 meses, pero si se hacen notar cuando hay que cuidar al hijo y se tiene contacto físico con el. Es decir, que mientras que a la madre el vínculo le llega naturalmente por la gestación, el padre tiene que “ganárselo”.
A quién reconoce antes
Esto es evidente debido al propio vínculo de por vida que se crea entre madre e hijo por el cordón umbilical, y es que, como dice esta médico, “el vínculo filial del niño, sale espontáneo con la madre...si oye la voz de su madre, con una palabra que le diga ya la ve”, es decir, que sabe que es ella. En el caso del padre aunque no lo reconoce de una manera tan directa, sí que sabe quien es y tiene un vínculo, que se crea y fortalece cuando tienen ese contacto físico.