La foto de Fernando de Haro: "Los colores del cayuco lucen como un milagro que desafía al agua del puerto"
La foto del día de Fernando de Haro
Publicado el - Actualizado
1 min lectura
La foto de hoy está tomada en Tenerife, en el puerto de los Cristianos. De fondo bloques de apartamentos y palmeras con barbas. Luego los muelles y el agua cansada, sucia, asilo contra tempestades, defensa de los vientos. Detrás de los atraques, una larga formación de hombres negros sentados en el suelo. Están sentados en ocho filas, están al sol. Muy pocos llevan gorra, uno de ellos conserva una bolsa de deporte, el resto ha viajado o ha llegado con lo puesto: pantalones de colores, camisetas de imitación y mucha ansia por encontrar un mundo ameno, apacible, con trabajo, donde no se desfallezca de hambre, de miedo, donde las armas tengan fundas y se usen poco. Un par de policías les piden la documentación que no tienen y dos voluntarios de Cruz Roja miran a ver si los viajeros necesitan algún remedio o alguna cura urgente. Los navegantes necesitan descanso y esperanza. Junto a ellos, en el muelle, hay atracados dos lanchones estrechos y muy largos. Los lanchones, los cayucos, con los cascos muy alegres. Sobre el blanco de fondo se asoman colores alegres, azules que sobraron cuando se pintó el mundo, verdes con porvenir, amarillos y rojos de un fuego inagotable. Los colores, con júbilo y contento, dibujan formas y animales traviesos. Los colores del cayuco lucen como un milagro que desafía al agua del puerto, al cielo de la isla. Los colores del cayuco son insólitos, atrevidos como si no hubiese nada más que el ansia de vivir.