Una psicóloga explica cómo afrontar una tragedia provocada por un desastre natural: "Lo único que podemos hacer"

Macu Gortázar explica en 'La Tarde' de COPE cómo podemos ayudar a aquellos que se han visto afectados por esta enorme tragedia

Beatriz Calvo

Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

Los afectados por la DANA se cuentan por centenares. Sin duda, los que más están sufriendo son aquellos que todavía tienen a familiares, amigos, vecinos desaparecidos o con los que no pueden contactar. 

¿Cómo se les puede ayudar? En 'La Tarde' de COPE hemos intentado responder a esta pregunta de la mano de la psicóloga Macu Gortázar.

"Precisamente, lo más complicado de esto es, que al ser humano, para poderse recomponer, necesita entender lo que sucede a su alrededor. Entonces, muchas veces, cuando no tenemos contra qué pegarnos, cuando no existe algo que digas, oye, pues esto explica, a veces de manera terrorífica y otras veces, pues de manera más positiva, lo que nos sucede a nuestro alrededor nos sitúa en un lugar de enorme incomodidad. 

Probablemente, más allá de la tristeza, de la rabia, de la frustración, del porqué me ha tocado a mí, viene mucha sensación de desasosiego, de necesito saber si están bien, si no están bien, si han fallecido o qué sucede", explica la psicóloga. 

Con esto sobre la mesa, ¿qué podemos hacer? "A veces, no es cuestión de dar la solución a la persona, pero sí, por lo menos, oye, pues cuando una persona está más informada, se siente un pelín más seguro dentro de lo terrorífico que es todo esto, pero, por lo menos, tiene una piececita más del puzzle y se acerca un poquito más a saber qué es lo que está pasando. 

Y, por supuestísimo, la única labor que podemos hacer desde fuera, siempre es acompañar, desde muchísimo respeto y cariño, entendiendo que las personas tienen sus tiempos y sus ritmos para sus procesos, y estar es lo único que podemos hacer".

      
             
      

uNA TRAGEDIA QUE DURA PARA SIEMPRE

Hay muchas víctimas mortales y un montón de gente que lo ha perdido de todo. La gran pregunta es si esta tragedia es de las que queda para siempre, si uno se puede recuperar de un golpe así.

"Es verdad que el ser humano nunca está preparado para la muerte y la tragedia, pero cuando encima esta viene de una manera tan poco habitual... 

Sí que es cierto que el tiempo ayuda cuando nos distanciamos de un hecho, por supuesto que hay emociones que ya no son tan intensas como lo eran el primer día, pero claro que nadie se termina de recuperar de esto, siempre va a ser algo que nos va a dejar un impacto emocional muy grande.

      
             
      

Más allá de la pérdida en sí, pérdida de personas, pérdida de casas, pérdida de estilos de vida o de calidad de vida, personas que han perdido su fuente de ingresos", explica Gortázar. 

El paso del tiempo es clave: "Por supuesto que esto no es algo que mañana vayamos a olvidar, probablemente dolerá menos, dolerá de otra manera, y espero que cada uno, en la medida de lo posible, pueda utilizar este tipo de experiencias también como lugar de aprendizaje y de reflexión, pero sí que de alguna manera es algo que a todos se nos quedará en la mente de una manera u otra".

Cómo puedo ayudar a los más afectados

"En una situación así, todos podemos sacar nuestro mejor psicólogo, los hay que somos profesionales y los hay que son mejores psicólogos que algunos profesionales sin tener la carrera.

      

Entonces yo creo que todos podemos ayudar ahí un poquito y la mejor forma que tenemos para hacerlo es acompañar, estar, sostener, porque muchas veces, precisamente lo que más dolor nos genera es ver a esa mamá llorando, a esa persona que ha perdido a su familiar y no saber muy bien qué tenemos que hacer con eso. 

Asturias se vuelca con la DANA

A veces no tenemos que hacer nada, sino simplemente estar. ¿Qué necesitas? ¿Cómo puedo asegurar que tu integridad, en la medida de lo posible, esté lo mejor posible? Esto a veces pasa por... No pasa nada. Oye, yo estoy aquí, no hablas, o estás enfadado, estás triste, te doy algo de alimento, te doy una manta, me quedo aquí contigo, te toco o no te toco. 

Simplemente con gestos tan pequeñitos que tienen mucho más que ver con escuchar lo que necesita el otro que con estar atendiendo a lo que necesito yo hacer para sostenerte. Esto es una cuestión del otro, no de nosotros mismos".