Qué es la 'quiet ambition' y por qué cada vez destruye más puestos de trabajo
Las empresas no son capaces de retener el talento joven porque ellos no están dispuestos a aceptar las condiciones de los mejores puestos
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Si hay algo en lo que todos estamos de acuerdo es el que para poder vivir de una manera cómoda, tener una vivienda, una familia, ocio, salir de vacaciones... tenemos que trabajar. No obstante, que el trabajo sea necesario para llevar esta vida, no tiene por qué significar dedicar la vida al trabajo.
Es más, hace unos años que ya se puso de moda el decir trabajar para vivir en vez de vivir para trabajar, una máxima que lo que pretende es, tanto separar lo laboral de lo personal, como el no dedicar al trabajo un tiempo excesivo al trabajo, así como llevarse trabajo a casa. Esta tendencia está extendida especialmente, entre los jóvenes.
'Quiet Ambition'
O como se dice en español, Ambición Silenciosa. Los jóvenes, que son los que más persiguen esta ambición, nunca mejor dicho, afirman que esta es una manera de apostar por su salud mental y priorizarla, incluso, al trabajo.
Ya no se prefieren los puestos que conlleven un mayor sueldo, superior en la cadena de mando o que tengan más influencia, y apuestan más por un puesto que les pueda permitir tener su tiempo libre, desentenderse de preocupaciones, que es algo que afirman que daña la salud mental.
Muchos jóvenes comienzan su andadura laboral con 16 o 18 años con la finalidad, en su mayoría, de poder pagarse gastos propios como viajes, ocio y estudios, además de ahorrar o ayudar en su familia. Y es que con esa edad es evidente que los trabajos no son cualificados y en su mayoría son temporales, algo que basta si nos estamos formando para tener un mejor futuro laboral a posteriori, especialmente del puesto o sector en el que estamos interesados.
Después, cuando ya alguien trabaja en algo que le gusta, se puede seguir ascendiendo en la empresa con puestos mejores, pero que conllevan más responsabilidad y desgastan más en algunos casos. Causa por la que en ocasiones rechazan estos puestos, ya que aunque tengan una remuneración más alta, el tiempo libre y no pensar en el trabajo se reduce, perjudicando otros aspectos como las amistades o el bienestar propio.
Caso a parte, es el de los autónomos, los emprendedores que buscan montar un negocio libremente sobre algo que les gusta, como puede ser una tienda, una consulta de psicología, un bar, una papelería... y una vez que han invertido mucho tiempo en que todo funcione y tengan una posición reconocida, puedan permitirse el vivir la vida a una manera más suya y libre. Al ser sus propios jefes, no se les exime de trabajar, de hecho trabajan como los que más, pero pueden permitirse decidir cuando tienen las vacaciones o el tiempo libre.
Trabajo y talento
Carmen de la Calle Durán, experta en recursos humanos y profesora en la Universidad Rey Juan Carlos, ha afirmado que este "es un gran problema el que tienen las empresas para retener el talento en los tiempos en los que estamos, la gente ya no tiene la apreciación que había antes hacia las empresas en las que querían trabajar para siempre y ascender laboralmente en ellas".
Un estudio realizado en Canadá corrobora que tan solo el 37% de los empleados estarían dispuestos a ocupar el puesto de su jefe, mientras que para el 91% de los encuestados, el desinterés se da principalmente por el mayor estrés y la necesidad de trabajar más que generan este tipo de puestos.
Cuando alguien trabaja en algo que le gusta, la percepción del trabajo no tiene nada que ver a cuando es un trabajo que sea por necesidad. Pero es que aun así, la visión actual sigue sin coincidir con la de antaño, y dice que aunque el trabajo guste, no es lo mismo que estar con los amigos.
Aun así, uno de los factores que más influyen a la hora de elegir un trabajo o valorarlo, sigue siendo el salario, sobre todo si se tiene en cuenta que los salarios en nuestro país son más bien bajos, algo que se acentúan entre los jóvenes. Pero sin ninguna duda, lo que más empleos destruye en una empresa, es el tener un jefe que no de un buen trato a los empleados.