FUNDACIÓN LA CAIXA
"Nuestros tractores cruzan la barrera llevando como remolque un fármaco que, por sí solo, no puede llegar"
El trabajo de la doctora Meritxell Teixidó, inspirado en los venenos de escorpiones y abejas, ya ha sido reconocido por la Agencia Europea del Medicamento como prometedor para tratar el cáncer cerebral infantil y otras enfermedades neurológicas.

La Caixa 29042025
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Dicen que la naturaleza es la mejor inventora. Y si sabemos escucharla, puede darnos respuestas a problemas complejos. No es ciencia ficción: el veneno de una abeja, la piel de un mejillón o el sistema nervioso de un pez cebra están inspirando avances reales en medicina.
En Barcelona, la doctora Meritxell Teixidó se inspiró en los venenos de escorpiones y abejas para desarrollar un "tractor molecular": un péptido capaz de llevar medicamentos directamente al cerebro, atravesando la barrera hematoencefálica. "Teníamos la hipótesis de que en los venenos de algunos animales existen miles de péptidos. Algunos de ellos ya son capaces de forma natural de llegar al cerebro o al sistema nervioso central de la presa. Inspirándonos en esos péptidos, encontramos que algunos conseguían llegar allí sin destrozar la barrera. Nuestros tractores no es que abran la barrera, ellos no pasan entre las células, sino que consiguen entrar en la célula y salir al otro lado. Su capacidad es poder cruzar la barrera llevando como remolque un fármaco que, por sí solo, no puede llegar", indica Meritxell en 'La Tarde'.
Su innovación ya ha sido reconocida por la Agencia Europea del Medicamento como prometedora para tratar el cáncer cerebral infantil y otras enfermedades neurológicas. También en Cataluña, el investigador Salvio Suárez estudió cómo los mejillones se adhieren a las rocas. De ahí nació una membrana artificial que imita esa capacidad: una piel bioinspirada que se adhiere al cuerpo, previene infecciones y acelera la curación.
"Lo que hacemos es imitar esa estructura que se ha descifrado de las proteínas. A partir de ahí, sintéticamente en el laboratorio desarrollamos este tipo de materiales. Hemos desarrollado diferentes tipos como recubrimientos a partículas, y más recientemente estas membranas bioadhesivas con propiedades antimicrobianas", explica Salvio.
En ensayos con cerdos, ha demostrado reducir a la mitad el tiempo de cicatrización de heridas graves. "La primera aplicación de la membrana está pensada para dos condiciones clínicas. La primera son úlceras; por ejemplo, pacientes con diabetes que tienen estas úlceras, que son heridas abiertas y muy difíciles de curar, y que normalmente también tienen infecciones. Ahí es donde creemos que la membrana puede tener un papel muy relevante. La segunda condición clínica son los quemados. Sobre todo en quemados de grado elevado, o grandes extensiones de quemadura", señala Salvio.
En Lisboa, Leonor Saúde estudia al pez cebra, que regenera su médula espinal en semanas. La clave está en su capacidad para eliminar células dañadas y envejecidas que se acumulan tras una lesión y frenan la recuperación. Los humanos, en cambio, no las eliminamos tan fácilmente. Su equipo ya ha probado un fármaco que mejora la recuperación en ratones con lesiones medulares.
Tres animales, tres avances científicos. Todos inspirados por una misma fuente: la naturaleza. Quizá la medicina del futuro no esté solo en un laboratorio, sino también en lo que la naturaleza lleva millones de años haciendo. Solo hay que saber mirar.