De Haro: "España es el cuarto país de Europa donde los condenados pasan más tiempo en prisión"

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Bernardo Montoya, el vecino de la profesora Laura Luelmo en el Campillo, ha confesado ser el autor de su muerte. Ha confesado que intentó agredirla sexualmente y que no pudo. Bernardo Montoya acaba de salir de la cárcel después de varias condenas que suman casi 20 años, una de esas condenas fue por el asesinato de una anciana. La confesión de Montoya ha planeado sobre la sesión de control. Sánchez, que en su momento promovió la derogación de la prisión permanente revisable, hoy se ha echado para atrás. La vicepresidenta Calvo le ha echado en cara a Casado que usara el dolor de la muerte de Laura por haber reclamado que el PSOE no deroge la prisión permanente revisable. Pero minutos después la propia vicepresidenta ha hablado de una nueva reforma del Código Penal.

Todos estamos conmocionados por el modo en el que fue asesinada Laura. Pero es una auténtica irresponsabilidad el modo en el que algunos medios están informando de lo sucedido y el modo en el que reaccionan los políticos. No es responsable querer ganar unas decimas de share haciendo morbo. No es responsable que los políticos prometan más seguridad a golpe de reforma del derecho penal hecha en caliente.

El caso de Laura Luelmo y, sobre todo, la cobertura televisiva - las horas de cobertura televisiva - provocan una sensación falsa. La sensación de que nuestro país es un país inseguro en el que te juegas la vida si sales a la calle a cerrar. No es cierto. España es uno de los países con menos asesinatos por cada 100.000 habitantes: 0,7 por ciento. Tampoco es cierto que las personas que cometen un delito salgan pronto a la calle. España es el cuarto país de Europa donde las personas condenadas más tiempo están en prisión. Más que en Italia, en Franbcia, en el Reino Unido y en Alemania. Y hay que recordar que nuestra Constitución recoge el principio de rehabilitación. España es uno de los países con más bajo índice de criminalidad de Europa. Cuenta, además, con uno de los códigos penales más duros de su entorno y con una mayor estancia media de los condenados en prisión.

Por eso, aunque sea impopular en este momento hay que decirlo, el derecho, el código penal no puede ponernos a salvo de los asesinos, de que alguien cometa delitos. La seguridad absoluta no existe, no hay nada que nos ponga a salvo completamente del mal. Al final vamos a acabar todos intoxicados de información morbosa, y enfermos de derechos. Desarmados moralmente ante el mal y pensando que los códigos penales nos pueden devolver al paraíso.