De Haro: "Aragonès, como todos los presidentes de la Generalitat independentistas, es una contradicción"
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En el reglamento del parchís se establece que cuando alguien te come, vuelves a la casilla de salida. Esa es la situación en Cataluña diez años después de que se iniciara el procés desde que esta mañana. Pere Aragonès ha prometido su cargo como nuevo presidente de la Generalitat.
Han hecho falta ocho meses desde que Torra fuera inhabilitado y tres meses desde las elecciones para que Aragonès, de ERC, consiguiera los votos necesarios para ser investido. Aragonès, como todos los presidentes de la Generalitat independentistas, es una contradicción. Usa las instituciones constitucionales para promover un referéndum y una independencia constitucional. Aragonès ha asumido el cargo prometiendo ejercerlo con la virtud de la humildad.
Y a la par ha prometido lograr la república.
No se puede ser humilde y lograr la república catalana. En la misma semana en la que el Rey Mohamed VI de Marruecos ha desafiado la soberanía del pueblo español, Aragonès se ha convertido en presidente de la Generalitat prometiendo hacer lo mismo que Mohamed VI, atentar contra el soberano, que es todo el pueblo español. No es casualidad que Puigdemont haya pedido que se entreguen Ceuta y Melilla a Marruecos.
Aragonès promete gobernar para todos los catalanes y una república, otra contradicción. El 52 por ciento de los catalanes no quiere la independencia. Aragonès promete un referéndum como el de Escocia cuando eso no cabe en la Constitución. Eso es lo que va a exigir a Sánchez para que ERC apoye el resto de la legislatura en la mesa de diálogo. Referéndum y amnistía. Sánchez no puede darle el referéndum pero a no tardar le dará el indulto a Junqueras y a los políticos condenados. Aragonès es el hombre de Junqueras y Junqueras ha querido dejarlo claro, ha salido de prisión con un permiso, se ha puesto la chaqueta y la corbata y ha estado en la investidura. Antes en una radio ha asegurado aquello de referéndum o referéndum.
Sánchez le dará el indulto a Junqueras mientras Junqueras seguirá hablando de un referéndum permitido por la ley. Aragonès y el independentismo tendrán indultos pero no tendrán un referéndum, al menos un referéndum de autodeterminación. Pero Aragonès ha escuchado desde el minuto uno, como la CUP le exigía que se olvidara de la mesa de negociación y pedía la confrontación.
Con lo que ya tenemos otra vez a Cataluña en su laberinto, ya tenemos otra vez a Cataluña paralizada, a Cataluña que seguirá perdiendo peso en la economía nacional, a Cataluña rota en dos con una Generalitat que no se va a dedicar ni a que Cataluña se rehaga, gane amistad cívica ni mejore sus servicios sociales.