Fernando de Haro: "La Constitución sigue siendo un referente jurídico imprescindible, pero no es suficiente"

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Daria Pervaya es una estudiante universitaria de 18 años. Ayer estaba en la plaza de la catedral de Santa Sofía de Kiev junto al Árbol de Navidad de la Invencibilidad. Estaba decorado con palomas blancas de papel maché y una franja de luces azules y amarillas —los colores de la bandera ucraniana— alimentada por un generador a diésel. El generador es necesario porque en cualquier momento un ataque ruso puede cortar el suministro. Decenas de ciudades ucranianas están sin electricidad y no tienen luces navideñas: "Es importante para los rusos que la Navidad y el Año Nuevo transcurran a oscuras en Ucrania". Aún así Daria Pervaya dice que es necesario seguir celebrando la Navidad porque “la guerra es horrible, pero no debemos dejar a nuestros niños sin las festividades”. Las declaraciones de Pervaya pueden parecer una de esas bonitas historias que contamos en estas fechas porque hay que tener espíritu navideño, porque son días en los que hay que consumir una cierta dosis de emotividad y de sentimiento. La historia de Pervaya es una historia en medio de una guerra de 100.000 muertos. No hay sentimentalismo capaz de levantar ese balance. La historia de Pervaya y del árbol en la plaza de Santa Sofía es la noticia de una voluntad, de un deseo, de alegría que se resiste a ser vencido. Los niños no pueden educarse sin esa alegría.

Hay quien dice que el discurso de Felipe VI ha sido uno de sus mejores recursos. Las reacciones que se han producido al discurso del Rey en Nochebuena retratan la que debería ser una situación normal. Los actuales socios de Gobierno de Sánchez criticaron las palabras de Felipe VI y el PP, el PSOE, Ciudadanos han estimado el llamamiento del Jefe del Estado a la unidad y el reconocimiento del valor de la Constitución. En una circunstancia habitual serían estos partidos los que más tuvieran en común y los que debieran llegar a acuerdos. Acaba el año, el Covid, afortunadamente cada vez se queda más atrás. Desgraciadamente se queda atrás también la claridad con la que percibimos entonces que, por encima de las diferencias, nos unían muchas cosas.

La invitación del Rey a la unidad podría ser la ocasión de una interesante conversación que fuera más allá de un deseo nostálgico. Podría. ¿En este momento qué es lo que nos une a los españoles? ¿Se puede hablar de referentes comunes y de un proyecto nacional compartido? La Constitución desde luego sigue siendo un referente jurídico imprescindible. Pero no es suficiente. Somos efectivamente una sociedad plural y necesitamos hacer explícitos qué valores, qué principios y qué experiencias nos mantienen juntos. Sin duda los hay, pero es necesario hacerlos explícitos. No es suficiente compartir una rica historia y una buena Constitución.