De Haro: “El Gobierno no tiene la culpa de la pandemia, pero las equivocaciones se pagan caras”

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El copresentador de 'La Tarde', Fernando de Haro, analiza la gestión del Gobierno durante la crisis sanitaria provocada por el coronavirus. 

Carol Mitjana es la directora de una residencia de mayores en Lérida que se llama Centro Geriátrico de Lleida. Es una residencia privada con plazas concertadas donde viven 89 abuelos. Como el virus avanzaba rápido y quería evitar, ella y buena parte de sus empleados, ser una amenaza para los ancianos decidió encerrarse con ellos para no traerles el virus

No en todas las residencias, ni en muchas residencias los abuelos han sido abandonados. El jefe de la UMELuis Martínez Meijide, lo ha dejado claro esta mañana: los abandonos de ancianos son la excepción. Todos sabemos de un vecino que está haciendo llegar algo de compra a las abuelas y a los abuelos que están solos.

De Haro analiza la gestión del Gobierno en la crisis sanitaria

Primero fue la mala gestión de las mascarillas y ahora ha llegado la mala gestión con los test rápidos. Desde que se decretó el estado de alerta, el Ministerio de Sanidad, asumió el mando único para la compra de mascarillas, trajes EPI y respiradores. Pero el mando único no funcionó porque no tenía capacidad de gestión. El material no llegaba.

Las Comunidades Autónomas intentaron realizar compras por su cuenta y tampoco han tenido mucho éxito. Y el ministro de Sanidad, Illa, dijo entonces que el mando único no impedía a cada Comidad Autónoma comprar.

Anoche en el debate sobre la ampliación del estado de alerta, Sánchez vino a decir que las mascarillas son competencias de las Comunidades Autónomas y que ellas tampoco tuvieron previsión. No se tiene previsión para una pandemia nunca vista. Lo que hay que intentar es una reacción rápida. Illa anunció ayer que se van a utilizar 432 millones para comprar a China material sanitario, pero no llegará hasta el mes de abril. La ministra Montero, con ese lenguaje bélico que tan de moda se ha puesto esta mañana, ha asegurado que el Gobierno libra una guerra para conseguir material sanitario

De momento la guerra por el material sanitario va mal y los que lo sufren son los médicos, los enfermeros y los enfermos más graves. Durante la semana pasada el Gobierno estuvo anunciando que iban a llegar los test rápidos, como los que se hacen en Corea del Sur, para poder identificar mejor quien está infectado.

Llegaron el sábado, se empezaron a distribuir entre sanitarios y otros funcionarios. Pero hoy hemos sabido que una de las partidas de test rápidos no sirve, 340.00 kits se los compraron a la empresa china Bioeasy y resulta que tienen una eficacia del 30 por ciento no del 80 por ciento. Lo ha reconocido Simón.

China ha explicado que España compró los test rápidos a una empresa que no tenía licencia. Se entiende las prisas, se entiende que el mercado es una locura, pero estamos hablando de vida. Estamos de luto y las críticas tienen que tener el tono que se utiliza en los tanatorios.

El Gobierno no tiene la culpa de la pandemia, pero las equivocaciones se pagan caras. Otra cosa es que se ponga la ideología por encima de la alarma, una cosa es criticar al mando único y otra desobedecerlo. Los independentistas se abstuvieron ayer en la prórroga del estado de alerta. Vaya socios que tiene Sánchez. Ayer la Generalitat, el consejo de interior Buch, elevó por su cuenta el confinamiento de la Conca de Odena, donde está Igualada, que registra más muertos que Madrid y el conjunto de Cataluña. El Gobierno de Sánchez, como es lógico, la ha dejado sin vigor. Peor que un mando único malo es el caos. Y más cuando ese caos es por razones ideológicas.