Fernando de Haro: "Hasta finales del año que viene nuestra economía no será como la que había antes del covid"
El copresentador de 'La Tarde', Fernando de Haro, analiza nuestra economía por la subida de los impuestos a los bancos
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La política española se parece cada vez más a una actuación de los Panchos: una vicepresidenta pide alma, otros hablan de corazón. Esto tiene un nombre: democracia sentimental. Los sentimientos son importantes porque nos ayudan a comprender qué está sucediendo. El problema aparece cuando los sentimientos se absolutizan, cuando la emoción sustituye a la razón. Y eso es un problema porque no estamos en una actuación de los Panchos para cantar 'Alma, corazón y vida'. Estamos en una vida social y política y es un problema porque el populismo es la expresión máxima del sentimentalismo político, un sentimentalismo irracional. La demiocracia sentimental es una amenaza. Sabemos cuál es la palabra más de moda.
Si no hablas de la empatía, si no empatizas, si no dices que tienes mucha empatía no eres nadie. ¿Qué es la empatia? Los que saben de esto dicen que la empatía es una facultad de la inteligencia emocional que prmite comprender las emociones de los demás. Y eso está muy bien. Antes a esto se le llamaba compadecer, compadecer al prójimo o alegrarse con el prójimo. Pero si se trata de comprender las emociones del otro, no puedo solo utilizar mis propias emociones. Empatía es inteligencia emocional, inteligencia emocional tiene dos palabras: inteligencia y emocional. Si solo uso mis emociones y no uso mi inteligencia, no puede comprender al otro.
"El mal ya está hecho, no hay más que ver como cae la bolsa"
No dudo de que la cocina de Changsha se abuena. Pero en España todavía quedan muchos restaurantes chinos digamos que regulares. La comida china de esos restaurantes primero te empacha y luego te da hambre. Los anuncios de Sánchez cada vez se parecen más a la comida china. Desde el martes nos ha empalagado con la subida de los impuestos a los bancos y ahora empezamos a tener mucha hambre.
Ya en 2019 el BCE se opuso a una subida como la que ha anunciado Sánchez: era contraproducente: los créditos se ponían más caros y la economía crecía menos. No sabemos cuánto van a subir los impuestos, de dónde sale la estimación de recaudación porque Sánchez no ha dado detalles. Da igual, el mal ya está hecho, no hay más que ver como cae la bolsa.
No es conveniente cambiar las reglas de juego a mitad del partido porque entonces los inversores cogen miedo o se enfadan. Este es el empacho. Ahora llega el hambre. Esta mañana Bruselas ha presentado sus pevrisiones económicas: la inflación de 2022 va a ser de más del 8 por ciento en España. Eso significa que durante el verano y después del verano los precios van a subir lo mismo que ahora. La ministra de economía, Calviño, ahora que ha acabado el debate del estado de la nación lo ha reconocido.
Pero Bruselas no solo ha hablado de los precios. Ha hablado del crecimiento de nuestra economía, o sea de tu salario el mío, de la creación de empleo. Y Bruselas dice que este verano va ser bueno pero el final de este año no va a ser bueno y tampoco va a ser bueno el año que viene.
¿Esto que significa? Pues significa que hasta finales del año que viene nuestra economía no será como la que teníamos antes del covid. Hasta el final del año que viene, no recuperaremos la situación que teníamos antes de la pandemia. Después del empacho, el hambre.