Fernando de Haro: "Las elecciones de Castilla y León ilustran bien por qué ha pasado lo que ha pasado"

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Fueron haciéndose cada vez más cercanos y cuando ya eran cercanos se enamoraron rápida y profundamente. Así acaba Persuasión, la novela de Jane Austen, una buena novela para los que celebran San Valentín. Es la historia de un amor rápido. Hace ya algunos años la antropóloga Helen Fisher escribió un libro titulado 'Anatomía del Amor', en el que sostenía que los tiempos del enamoramiento rápido se habían extinguido, que ahora lo que impera es el amor lento, hace falta mucho tiempo para oficializar la relación, para compartir la vida. El covid parece haber empeorado la situación: antes de verse por primera vez las posibles parejas por se escriben mucho WhatsApp y posponen encontrarse. También San Valentín puede estar en peligro de extinción.

Las reacciones que se han producido tras el recuento de votos en las elecciones de Castilla y León ilustran bien por qué ha pasado lo que ha pasado. Todo está claro, ganadores y perdedores se muestran reticentes.

El portavoz de la Ejecutiva del PSOE, Felipe Sicilia, niega la rotunda derrota de la izquierda en las elecciones. El PSOE pierde 7 procuradores, el PSOE y Podemos pasan de un 42 por ciento del voto al 35 por ciento. Los partidos de Gobierno se niegan a reconocer el castigo por la gestión de la pandemia, por los pactos con ERC y Bildu. Se niegan a reconocer que alimentan un voto de protesta en muchos casos populista. Tampoco reconoce la realidad el ganador, el PP. Mañueco, que ha estado esta mañana en 'Herrera en COPE', ha celebrado su victoria y ha negado que hablase de mayoría absoluta.

También niega la realidad el PP. Convocaron las elecciones no porque hubiera amenaza de moción de censura, sino porque Casado quería emular los resultados de Madrid. Pensaban que si no tenían mayoría absoluta iban a estar muy cerca. Se han quedado como estaban pero sin Ciudadanos. Ahora dependen de Vox y de su subidón. El alcalde de Valladolid, socialista, ha sugerido que el PSOE facilite el investidura de Mañueco.

Enseguida se le ha echado encima la dirección del PSOE.

El PSOE no está dispuesto a darle ni agua al PP, el PP no está dispuesto a darle ni agua al PSOE. Y el bipartidismo sigue desgastándose, PP y PSOE sumaron en las últimas elecciones en Castilla y León casi el 67 por ciento de los votos y ahora suma el 61 por ciento. Crece el voto de protesta, los votantes optan por fórmulas más radicales o más localistas. La gobernabilidad se hace cada vez más difícil. Pero ni el PSOE ni el PP aprenden. Sin acuerdos, sin sinceridad, sin frentismo el único ciclo que se repite es el de la erosión de los partidos de Gobierno en favor de los partidos-no partidos y de los que están en los extremos.