Fernando de Haro: "Las evidencias que indican que el ministro Marlaska miente aumentan"

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Tiene un nombre raro se llama Cardiodictyon. Y era un lopodio acorazado, un tipo de animal que desapareció hace mucho tiempo. Sus parientes vivos más cercanos son los gusanos de terciopelo. Un grupo de científicos ha analizado un fosil del Car-dio-dic-tyon y ha llegado a conclusiones muy interesantes. El bicho, que media un centimetro y medio, vivió hace 500 millones de años. 500 millones de años. Es un periódo que se llama el Cámbrico. Un período en el que prácticamente todos los linajes de los animales que conocemos hoy en día aparecieron en un plazo de tiempo extremadamente corto.

Lo importante del fósil es que contiene el cerebro del animal. Y lo llamativo es que han comparado ese cerebro con sus descendientes en la evolución y resulta que el patrón del cerebro no ha cambiado en 500 millones de años. Desaparecían las especies, aparecían otras y el modelo de cerebro seguía siendo el mismo. El cerebro del Cardiodictyon ordenaba todas las funciones del lopodio. Como el nuestro. Pero el cerebro del Cardiodictyon no le servía para saber que era un Cardiodictyon. Nosotros somos la única especie que sabe que es una especie. ¿Por qué? Por más que se estudia el cerebro humano, de momento no hay respuesta.

Biden ganó las elecciones porque hubo fraude, el Covid, que no es peligroso, se puede curar inyectándose desinfectante, el Covid en realidad solo afecto a ancianos problemáticos, Obama no es estadounidense estos son algunos de los hechos alternativos defendidos por Trump. Lo que ahora llaman hechos alternativos son en realidad embustes. Y un enbuste es o era un política una cosa muy grave. Clinton se tuvo que enfrentar a un «impeachment» en 1998, por el escandalo de la Lewinsky. Clinton admitió que a lo largo de este escándalo realizó a sabiendas declaraciones falsas y obstructoras de la acción de la Justicia. Nos rasgamos las vestiduras con las mentiras de Trump y es lógico. Pero no tenemos que irnos tan lejos.

El ministro del Interior Marlaska ha vuelto a mantener hoy en el Congreso de los diputados que en la tragedia que se produjo en la valla de Melilla el 24 de junio, con 23 personas y casi 80 desaparecidos, no hubo muertos en suelo español y la atención fue proporcionada.

En la cuestión de la tragedia de Melilla hay cuatro aspectos diferentes, además de si la actuación policial fue proporcionada o no, si hubo muertos en territorio español, si se arrastraron cuerpos desde el lado español al lado marroquí, si la policía marroquí entró en suelo español y si a los migrantes heridos que quedaron del lado español se le denegó la debida asistencia médica.

Marlaska ha repetido varias veces que no hubo que “lamentar ninguna pérdida de vida humana en territorio nacional”, calificando cualquier otra versión de mera “conjeturas y especulaciones”. Ha dicho lo mismo que dijo en su comparecencia de septiembre. Pero las evidencias que indican que el ministro miente aumentan. Ya se deducía del documental de la BBC.

Y ahora una investigación publicada hace unas horas por Lighthouse Reports, una organización que trabaja con algunos de los principales medios de comunicación europeos, concluye, sin embargo, que hubo al menos un muerto en suelo español, un migrante llamado Anwar. Marlaska ha querido parapetarse en la Guardia Civil. Pero quizás lo más llamativo es que Marlaska no ha ha criticado la actuación de los gendarmes marroquís, que no dejaron de lanzar gas lacrimógeno en un recinto sin salida y respondieron brutalmente a la avalancha, pero tampoco la ha defendido.

Los socios del Gobierno han pedido en el Congreso la dimisión de Marlaska, lo ha pedido la oposición. Pero Marlaska no puede dimitir. Se tiene que aferrar a la mentira y negar que hubo muertos en suelo español. Si Marlaska dimitiera dejaría sin protección a Sánchez, que en realidad fue el primero que dijo que en la Valla de Melilla que Marruecos hizo un extraordinario trabajo.