El presentador de 'La Tarde' de COPE, Fernando de Haro, ha viajado Milán para contar de cerca cómo están viviendo los italianos los casos del coronavirus desde la Plaza de la República.
Esta plaza es una de las centrales de la ciudad italiana, delante de la sede del Gobierno Central. Al bajar del avión he tenido un control sanitario, pero leve. Me han hecho una foto y he podido seguir avanzando. Pensaba que entrar en Milán se iba a parecer a la novela, que todos los italianos conocen, 'I promessi esposi': en uno de sus capítulos Renzo entra por Milán en el siglo XVI, la ciudad italiana está totalmente desierta por la Peste. Pero no es eso lo que he me encontrado.
El hecho de que los chicos no tengan colegio y el hecho de que se haya favorecido que las personas que puedan trabajar desde casa, lo hagan. Ha provocado que tenga menos actividad. Hay algunas mascarillas y me ha contado alguna de las personas con las que he hablado, que les molesta que haya mascarillas. Piensan que quien lleva una mascarilla como yo, es que tienen que esconderse de algo. La sensación que tienen es que se está yendo de las manos, que hay un pánico excesivo, hay un miedo excesivo que no está fundamentando porque estamos realmente ante una gripe un poco fuerte.
Fernando de Haro analiza la actualidad del coronavirus desde Milán
Una comerciante contesta a Fernando que el negocio ha ido hoy mejor que otros días, que la economía tiene que seguir para adelante, que sino acabaremos suicidándonos, no por el coronavirus sino por una situación económica mala.
A 60 kilometros de Milán, está la zona 0, Codogno. En los 11 municipios que se ha decretaado que no haya movimimiento hay controles. No hay especial pesimismo en Milán.
Si hay un enfrentamiento político entre el Gobierno y la Región. Sobre todo hay una utilización por parte del populismo italiano que está pidiendo el cierre de las fronteras y medidas más drásticas.
Luego hay una cuestión de fondo, ante esta alarma descomunal. A veces pensamos que podemos encontrar fórmulas para ponernos a salvo de todo y sino lo estamos nos empieza a entrar una especie de ansiedad colectiva, que probablemente está provocando el coronavirus.