Fernando de Haro: “Para jugar al mus no se pueden enseñar las cartas, como ha hecho Vox”
El análisis de la actualidad de este lunes con Fernando de Haro en 'La Tarde'
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Todo votación de investidura se parece de algún modo a una partida de mus. El primer juego, el de la chica, no cuenta. Lo que cuenta es la grande, el día que hay que votar. Hay que saber jugar con tus cartas, con las de tu compañero y con las de los adversarios. Para eso están las señas. El mus es un juego exigente, como lo es la política. En cuanto te ven las señas es muy probable que pierdas. Y hay un modo seguro de perder: enseñar las carta. Eso es justo lo que hizo Vox en Andalucía, a las pocas horas de que se cerraran las urnas el pasado dos de diciembre.
A pocas horas de que se cerraran las urnas Santiago Abascal aseguró que su formación "nunca" será un "obstáculo" para "desalojar a la corrupción y el comunismo” de la Junta de Andalucía. Destapó sus cartas desde el principio, por eso ha sido poco creíble que antes de Reyes Javier Ortega Smith exigiera la derogación de la ley de violencia de Género. Para jugar al mus no se pueden enseñar las cartas. En un algún momento los recién llegados a la política se dieron cuenta de que era necesario pedir algo cambio del apoyo. Primero pidieron cerrar Canal Sur y cuando se enteraron de que no era posible porque hacía falta una mayoría reforzada cambiaron la exigencia y pusieron el foco en la ley de violencia de genero.
Este miércoles comienza la ronda de consultas de la presidenta del Parlamento Marta Bosquet para designar candidato a la investidura. Mañana se reúnen el PP Vox, y esta mañana el secretario general de los populares Teodoro García Egea le ha recordado a Vox como acaba la partida de mus a la que esta jugando con las cartas descubiertas.
Es muy probable que una parte muy importante de los votantes de Vox consideren importante o muy importante un cambio en la ley andaluza de violencia de genero. De este asunto había que hablar a fondo y despacio. El que haya víctimas de la violencia doméstica que no son mujeres no significa que la mayoría de las víctimas no sean mujeres. Habrá que discutir si el derecho penal puede ser utilizado para hacer discriminación positiva. Habrá que revisar a qué van las ayudas para luchar contra la violencia que sufren las mujeres, que nos pongamos como nos pongamos, es una terrible lacra. Todo eso se puede y se debe discutir. Pero es difícil pensar que los votantes de Vox presentes y futuros lo sigan siendo o lo serán en un futuro si Vox no apoya el cambio. Si quieres jugar al mus, hacer política, no enseñes tus cartas al comienzo de la partida.