Fernando de Haro: "Probablemente somos la generación que más sufre con las desgracias"

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Hace falta mucha, mucha imaginación para comprender la imagen del agujero negro que hay en el centro de nuestra Galaxia. Acaban de presentarla en Múnich. Hay que imaginarse cuánto pesa el sol, más o menos cinco quintillones de kilos. O sea un dos y treinta ceros detrás. El agujero negro tiene cuatro millones de veces la masa del sol. Es difícil imaginar una cosa tan grande. Como todo agujero negro no deja salir la luz. A pesar de que Sagitario A, que es como se llama el agujero, está muy lejos de nuestro sistema solar y que todas las galaxias tienen en el centro otro agujero, hoy en el café de la oficina de lo que se ha hablado es de la posibilidad de que Sagitario A nos engulla, de una posible desgracia como la que cuenta la película 'No mires arriba' en la que un cometa impacta con La Tierra.

Es curioso cómo hemos pasado de un optimismo radical a un pesimismo apocalíptico. Todo esto seguro que tiene que ver con la pandemia, con la guerra. Probablemente somos la generación que más sufre con las desgracias. Desde hace 200 nos vienen diciendo que la Historia es como un cohete que siempre sube, que el progreso siempre avanza. No lo habíamos creído. La verdad es que nunca se avanza en línea recta, muchas veces se retrocede. Eso de que todo va a ir bien, como dicen en las películas norteamericanas, no siempre es verdad.

Prueba de ello es lo que nos pasó hace dos años cuando nos quedamos encerrados en casa y no podíamos circular sin permiso.

No podíamos imaginarnos que sería necesaria una limitación de derechos fundamentales tan drásticas. Como sabes, el Constitucional anuló el Estado de Alarma, no porque no fuera necesario. Era necesario pero el Gobierno tenía que haber utilizado el Estado de Excepción y no el de Alarma. Esta cosas son muy importantes en una democracia. Hay que ser muy fino al limitar derechos.

Hoy en el Congreso se han votado las enmiendas a la totalidad de una nueva Ley de Seguridad Nacional. Una ley que, en casos de crisis, de desastres, permite, por ejemplo, que el Estado nos exija prestar algún servicio o requisar nuestros bienes. Los que saben de esto dicen que ese proyecto no es fino, porque no se compensa por lo que te pueden requisar y porque no ofrece suficientes garantías para los ciudadanos. Hoy ERC, el socio parlamentario de Sánchez, ante el que tanto ha cedido por el caso Pegasus ha querido tumbar el proyecto de ley. Lo ha salvado el PP con sus votos.

El PP, puerta de mangantes, según las palabras de Sánchez, es el que, de momento le ha salvado a Sánchez la Ley de Seguridad Nacional. Esperemos que la mejore en la tramitación.