Fernando de Haro: "¿Sabían que teníamos un ministro de Consumo? Se llama Garzón"

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Estamos en la segunda semana de junio, y no paramos de dar noticias buenas sobre la tasa de incidencia, sobre la vacunación y el crecimiento de la economía. A finales del verano todo puede haber cambiado mucho. Estamos encantados de dar buenas noticias. Los grandes directivos y empresarios, cuando no hablan de los indultos y hacen política, aseguran que la economía va como un cohete.

Ana Patricia Botín, que está al frente del Santander, una de las empresas españolas más importante en el mundo, es muy optimista. Seguramente hay que notar esa mejora de la economía, pero hay mucha gente-gente que lo que nota es que en solo quince días van a tener, vamos a tener que pagar en cada casa 37 euros más por la gasolina y por la electricidad.

El Gobierno parece que ha empezado a mover ficha. La vicepresidenta Teresa Ribera ya anunció ayer la posible suspensión del impuesto a la generación, aunque la suspensión de ese impuesto supone poco efecto en el precio final, es poca rebaja. El ministro Garzón, ¿sabían que teníamos un ministro de Consumo? Se llama Garzón y se ha abierto a bajar el IVA de la luz que, eso sí es más importante. Hasta hace unos días el mismo ministro Garzón decía que esa bajada no se podía hacer.

Con el IVA de la electricidad, el Gobierno ha faltado a la verdad del mismo modo que faltó a la verdad con el IVA de las mascarillas: no es verdad que Bruselas no permita bajar el IVA. Tenemos uno de los IVAs más altos de la UE en electricidad.

Estos días el Gobierno nos está explicando que la luz y la gasolina suben a resultas de factores como la subida del petróleo que ha pasado de 40 a 70 euros o por la subida del precio del gas o de las emisiones de CO2. Y eso es verdad. Eso es verdad en parte. Porque luego hay otra parte que no dice el Gobierno y es que nuestro mercado de gasolina y gasoil, y nuestro mercado de la electricidad no es eficiente. En el caso de la gasolina se produce una cosa que se llama el efecto cohete-pluma.

El efecto cohete-pluma es algo que hemos vivido todos con el precio de la gasolina, cuando sube el precio del petróleo sube muy rápido el de la gasolina, cuando baja el precio del petróleo el precio de la gasolina baja muy lento, como una pluma. ¿Por qué pasa eso? Lo ha explicado muchas veces la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia, porque tanto en el mercado minorista, en las gasolineras, como en el mercado mayorista, las grandes empresas de hidrocarburos, hay poca competencia.

En el mercado eléctrico sucede algo parecido. Del recibo de la luz solo un 30 por ciento es para pagar la electricidad, un 20 por ciento es para pagar impuestos y un 50 para pagar peajes, interés de deuda de las renovables y otros costes fijos. Nuestras empresas eléctricas son poco eficientes, juegan a lo seguro y en un mercado muy garantizado. Siempre ganan. Pagamos más por la luz y por la gasolina, no solo porque suba el petróleo o el gas, pagamos más por falta de competencia y modernización.