Fernando de Haro: "Seguimos comprando como si los precios no hubieran subido"

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"La quiero mucho, a su marido, y a sus hijas". Una cordobesa cariñosa le ha lanzado en la calle piropos a la reina. En las fechas en las que estamos, doña Letizia se habrá sentido querida, estimada. Jack Teixeira no debía sentirse muy estimado ni muy querido. Jack Teixeira tiene 21 años y es miembro de la Guardia Nacional Aérea de Massachusetts, ha sido detenido porque es el principal sospechoso de la filtración de documentos con alto valor estratégico de Estados Unidos. Los archivos detallan la evaluación estadounidense de la guerra en Ucrania y incluyen planes para reforzar al Ejército ucraniano. Desde hace semanas, la Administración Biden buscaba al responsable de esta filtración y parece haberlo encontrado.

Jack Teixeira colgó en enero los archivos en una aplicación de mensajería. Han tardado bastante en circular. Hay quien alienta teorías conspirativas, como siempre, que dicen que Teixeira en realidad es una cabeza de turco porque Estados Unidos quería que se supiera lo que hay en esos papeles. Ya veremos. De momento lo que tenemos es que un joven militar es el principal sospechoso y que lo hizo porque quería chulearse de lo importante que es delante de un grupo de amigos adolescentes. La decisión de un mal querido ha tenido consecuencias geoestratégicas de primer nivel, y es que las fuerzas que mueven la historia son las mismas que mueven el corazón del hombre.

Los franceses, que son muy chovinistas, dicen que las patatas fritas se las inventaron ellos. Las patatas vinieron de América y el primero que las describe es Pedro Cieza de León, un joven historiador, que en el año 1553 decía que eran una especie de nuez de tierra que, después de hervida, es tan tierna como las castañas cocidas. No sabemos quién inventó las patatas fritas. Pero si sabemos que están muy buenas y que las caseras se están convirtiendo en un lujo.

En el último año los aceites han subido un 28 por ciento. Una burrada. Es uno de los datos que hemos conocido hoy sobre el IPC de marzo. Ya sabiamos que el IPC de marzo tenía cosas buenas porque conociamos el dato adelantado, pero ahora tenemos ya los detalles. Los precios subieron el último año un 3 por ciento. Es un estupendo dato porque hemos estado por encima del 10 por ciento. Pero ojo, tiene truco. Han subido mucho menos porque en marzo del año pasado es cuando se dispararon, estamos ante el conocido como efecto escalón. No se puede cantar victoria porque, como saben bien los que pasan con frecuencia por el super, los alimentos están disparados.

También está alta la inflación subyacente. Ya hemos hablado alguna tarde de la inflación subyacente. Es la que recoge la subida de los precios descontando la energía y los alimentos. Y es importante porque nos ayuda a entender si las empresas, con independencia de que baje la energía, están subiendo los precios de todo. Y los están subiendo. Y los están subiendo porque seguimos comprando como si los precios no hubieran subido. Las empresas, de hecho, han mejorado sus márgenes. Empezarán a bajar los precios cuando empecemos a comprar menos. Y luego está lo de los alimentos. Frenan su avance, pero todavía suben mucho, un 16 por ciento.

Freír patatas sale caro.