En 1963 las televiones contaron la instalación del teléfono rojo entre Washington y Moscú. La línea de comunicación entre la Casa Blanca y el Kremlim se instaló después de la crisis de los misiles de Cuba que pudo ser el detonante perfecto para el estallido de una guerra nuclear, pues se tardaron doce horas en decodificar el mensaje de Nikita Jruschov. Parece que ese teléfono que no era teléfono sino un telégrafo que no se uso nunca siendo Kennedy presidente, pero si tenemos fotos de Kennedy en el despacho Oval, delante de su mesa de trabajo, hablando por teléfono. Lo extraño es que hoy en Twiter no haya aparecido una foto de Sánchez con la misma pose que Kennedy tenía en su tiempo o con gafas de sol como cuando está en el Falcon.
La versión que nos ha dado Moncloa hoy de las conversaciones de Sánchez con Torra y con todos los presidentes de las comunidades autónomas es que en Moncloa se ha instalado una especie de teléfono rojo para una legislatura que va a a ser la del diálogo y de la distensión territorial. Sánchez inaugurando el planeta con estas conversaciones. Los propagandistas de Moncloa nos venden que Sánchez está haciendo de la necesidad y virtud y que el diálogo con ERC, el tripartido que volverá a haber en Cataluña servirá para resolver el conflicto catalán.
Hay que hacer un ejercicio de memoria continuo para que Sánchez no acabe colocando su producto. La ronda de llamadas a todos los presidentes autonómicos que se ha marcado hoy Sánchez la ha tenido que programar no porque sea Kennedy al habla del teléfono rojo sino porque ERC le exigió esa conversación con Torra y para enmascararla ha hecho todas esas llamadas. Moncloa ha contado que Sánchez se ha comprometido a reunirse con Torra "lo antes posible" para abordar el "conflicto político". No parece que Sánchez le haya expresado a Torra sus quejas por no condenar la violencia tras la sentencia del procés. Pero Torra ha completado la información sobre esa conversación.
A juzgar por lo que ha contado Meritxol Budó, la portavoz de la Generalitat, Torra ha aprovecado para echarle en cara su campaña contra el independentismo, para quejarse por no haberle cogido el teléfono. O sea un chorreo. Y además, Torra le ha pedido a Sánchez la luna de la independencia.
Lo del fin de la represión igual va también porque el Supremo haya abierto causa contra la segunda de Torra, Laura Borrás, por delitos de prevaricación, fraude, malversación y falsedad documental. Sánchez dispuesto a reunirse con Torra. En el Congreso se han celebrado las reuniones de Lastra con los grupos políticos. El PSOE se ha reunido con Bildu. Dependen de lo que deciden los canarios, la abstención de Bildu tambien puede ser decisiva. Bildu ha pedido la revisión de la política penitenciaria. Ya veremos si hay investidura pero con esta naturalización de Bildu, de ERC y de Torra, el daño ya está hecho.