De Haro, en defensa de la independencia judicial: "La democracia no es una dictadura de la mayoría"

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Anita M. Harris es escritora y vive en Boston. Le pidió a ChatGPT que reseñara su último libro. En 40 segundos apareció una reseña asombrosa. Eso le hizo preguntarse si la inteligencia artificial podría mejorar su perfil de citas on line: enseguida redactó 225 palabras seductoras, Anita le pidió entonces a ChatGPT una respuesta de una pareja potencial. La respuesta llegó pronto.

Anita tuvo varias conversaciones con mucho feeling con David y al final quedó con él en un bar de Harvard. David no se presentó. A la mañana siguiente, volvió al chat para preguntar. Pero David parecía diferente, frío y contestó.

David terminaba con esta frase: "Estoy aquí para ayudarte siempre que me necesites". Y Anita pensó: quizá siempre estará ahí, esperándome, pero nunca estaría aquí conmigo. Feliz San Valentín.

El Rey ha entregado los de despachos a la nueva promoción de jueces en Barcelona y ha defendido la independencia judicial.

No tendría que ser noticia, pero llega en plena tormenta por la ley de amnistía y en plena presión a los jueces para que apliquen la futura ley. Y llega en un momento en el que se hace más frecuente el discurso de que la soberanía popular reside en el Congreso y que los jueces, por eso, para ser democráticos, los tiene que elegir el parlamento. Es lo que ha dicho Martina Velarde, de Podemos.

Y es lo que ha escrito hoy un catedrático muy conocido, un argumento algo más sofisticado. Tomás de la Quadra-Salcedo. En este razonamiento hay gato encerrado. La democracia no solo se sustenta en el Congreso, hay tres poderes, y en el caso el poder judicial, la soberanía popular se encarna en el poder judicial directamente, y no requiere la mediación del Parlamento para legitimarlo. Afortunadamente, los representantes elegidos tienen un sistema de equilibrio, porque si no, estaríamos ante la dictadura de la mayoría, y la democracia no es una dictadura de la mayoría.