De Haro: "El Gobierno se lanza a acusaciones de conspiranoia, cuando ha sido el que la ha alimentado"

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Menos descalificaciones, menos tensión política, más trabajo común. Es lo que la inmensa mayoría de los españoles le pedimos a los políticos. Es lo que ha pedido el secretario general de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, al presentar la Memoria Anual de Actividades de la Iglesia Católica en España, presentación en la que ha pedido incorporar el salario familiar dentro del Ingreso Mínimo Vital. Sin duda, ese reclamo al trabajo común es compartido por una mayoría de los españoles, pero los partidos han hecho sus cálculos y están convencidos de que las minorías que les votan se refuerzan o se amplían con la polarización.

Por desgracia, no cesan las descalificaciones. Ayer la presidenta del PP de la Comunidad de Madrid dijo de Podemos que son peores que el virus y hace unos minutos, la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, Maria Jesús Montero, ha llamado a la derecha "conspiranoide".

Es curioso que el Gobierno diga de la derecha que está alimentando una teoría conspiratoria. Al acabar una semana en la que para echar tierra a la destitución de Perez de los Cobos por el informe del 8-M, el propio presidente habló en el Congreso del gran trabajo que está haciendo Marlaska en las cloacas del Estado para hacer frente a una policía patriótica.

En la misma semana en la que el ministro de Consumo, por más señas Garzón, apuntó a que en las fuerzas armadas se habla de golpe de Estado.

¿Quién ha hablado esta semana de conspiración? Todo por no reconocer el error de la manifestación. Hay que mantener la fidelidad de los que le votan a uno sea como sea. El Gobierno tendría que admitir el error. Ayuso tendría que admitir que en un momento dado el sistema sanitario no admitía a los mayores de las residencias.

El Gobierno de Sánchez se lanza a acusaciones de conspiranoia, cuando él ha sido el que la ha alimentado. Media España está en fase 3, la cuestión sanitaria seguirá siendo importante, pero cada vez será más importante la reconstrucción. Y sacar adelante unos Presupuestos Generales del Estado. Que los de Rajoy están todavía prorrogados. Seguramente por eso, la ministra portavoz ha vuelto a hablar de geometría variable, esa palabra mágica que les gusta a los gobiernos en minoría.

Habrá quien piense en Ciudadanos que esa llamada de Montero a la geometría variable es una invitación a negociar los presupuestos. Pero la geometría variable es una expresión vacía. De la geometría variable está excluido el PP.

Y ya hemos visto que la geometría variable que le gusta a Sánchez tiene siempre un vértice que se llama Podemos, que para eso está en el Gobierno, y ERC. Y si no recordemos las palabras de cariño de Sánchez a ERC cuando dijo que no.