Un jamaicano ha acudido a recoger el millón de dólares que le había tocado en la lotería con una máscara para no ser identificado por sus familiares y amigos. Por lo visto no es extraño hacerlo en Jamaica para evitar compartir con nadie el premio. Esperemos que el jamaicano de la máscara no se convierta pronto en el gran perdedor. Dentro de un tiempo se habrá gastado el dinero, suele acabarse pronto, y no tendra ni un perrito que le ladre.
Tercera jornada del juicio del procés. Esta mañana ha declarado Oriol Junqueras, el que era vicepresidente de la Generalitat en el momento en que ocurrieron los hechos y uno de los grandes impulsores de la secesión. Junqueras ha rechazado las preguntas de las acusaciones -tiene derecho a no declarar-, ha convertido las cuestiones de su defensa en el pretexto para lanzar un largo meeting en el que en realidad ha quedado retratado ideológicamente el carácter naif del independentismo.
Oriol Junqueras ha confundido su papel de acusado con el juez y se autoabsuelto no solo de cualquier delito sino de cualquier pecado. Además de definirse como inocente se ha definido como una persona buena, educada, e incluso simpática.
Junqueras ha asegurado incluso que él ama a España. Junqueras ama tanto España que la quiere rota. ¿Por qué digo que el meeting de Junqueras ha sido un retrato de la naturaleza naif de la ideológica independentista?
Junqueras, responsable de un intento de secesión, en contra de lo que le conviene para su defensa no ha querido responder a las preguntas del ministerio público porque no ha querido que nadie pusiera un contrapunto a su burbuja, el rechazo de Junqueras a ponerse cara a cara con la voz del Estado de Derecho, del ministerio fiscal, refleja que el suyo es mundo cerrado en si mismo en sus ideas, en una realidad creada por el mismo. Por eso, por que está en mundo paralelo, puede asegurar que no hubo violencia y que la suya ha sido una revolución pacífica. Ante el tribunal, en contra de lo que dice el derecho internacional, ha seguido afirmando que existe un derecho ante la autodeterminación. En contra de toda evidencia ha descrito la violencia de los independentistas contra el registro de la consejería de economía de la Generalitat como una especie de romería con cantos a la Virgen. Junqueras, que es muy educado en las formas, a menudo ha recurrido al latigillo, “según mi opinión”. Su opinión es muy respetable, pero la realidad existe.