De Haro: "No es el momento de abucheos pero mucho menos es el momento de evitarlos haciendo esperar al Rey"

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Anatoly, Boris, Fedor, Ivan, Luka, Oleg, Segiv y muchos otros soldados caídos desde finales de febrero. No son soldados españoles, no hablan castellano, pero son los soldados que han caído luchando por la libertad de Ucrania y de Europa. Me he acordado de ellos esta mañana cuando he escuchado el toque de oración en el desfile del Día de la Hispanidad. De ellos y de los más de 6.000 civiles muertos bajo las bombas rusas. Antes se ha podido escuchar: "La muerte no es final, ya le has devuelto a la vida. Ya le has llevado a la luz, ya le has devuelto a la vida".

En el desfile no hemos visto a la princesa Leonor, hemos visto a la infanta Sofía de corto y a la vicepresidenta Yolanda Díaz luciendo un vestido color caramelo de su nutrido fondo de armario. El caramelo combinaba con un rojo de labios y con unas gafas de sol de anuncio de Martini. Y hemos oído en el desfile lo que nunca se debiera oír en un desfile con motivo del Día de la Hispanidad: hemos escuchado abucheos a Sánchez.

Esto, por desgracia, se ha convertido en una tradición. Expresar el rechazo y la crítica a la gestión del presidente del Gobierno tiene cauces. Precisamente, porque seis de cada diez españoles apoyan el desfile y porque siete de cada diez españoles consideran conveniente que la bandera rojo y gualda ondee donde ondea ahora, no es el momento de abucheos. Hoy no es el día de abucheos, hoy es el día de la fiesta nacional que afortunadamente coincide con el momento en el que un italiano, Colón, llega a un continente que no es el nuestro.

Nación abierta.

No es el momento de abucheos pero mucho menos es el momento de intentar evitar esos abucheos haciendo esperar al Rey. Felipe VI esta mañana ya había llegado a las inmediaciones de la tribuna pero los servicios de la Casa Real le han pedido que no saliera del coche porque Sánchez no había llegado. Cuando Sánchez hace esperar al Rey, no hace esperar a Felipe Juan Pablo Alfonso de Todos los Santos de Borbón y Grecia, hace esperar al símbolo de la unidad y permanencia del Estado español. Eso es lo que dice la Constitución.

Felipe Juan Pablo Alfonso de Todos los Santos es la más alta institución del Estado. No es el primer desplante del presidente del Gobierno a las instituciones del Estado, pacto con los partidos cuyos líderes fueron condenados por sedición, modificaciones de la Ley del CGPJ para presionar a la oposición, abuso del real decreto, trato del mismo nivel al Gobierno de España y al Gobierno de la Generalitat de Cataluña, falta de respeto a la independencia judicial, falta de respeto a la independencia del Congreso de los Diputados, falta de respeto a la independencia del Tribunal Constitucional, falta de respeto a la independencia al Consejo de Estado, falta de respeto a la independencia de la Fiscalía, falta de respeto a la independencia de la Abogacía del Estado, falta de respeto hoy a la Corona.

Y no es porque sea republicano, los buenos republicanos respetan las instituciones, es simplemente porque no quería ser abucheado, esta sí que es una anécdota que se puede elevar a categoría: las instituciones plegadas a las necesidades del presidente del Gobierno.