De Haro: “Sería un alivio para el país que comenzara el final político de un presidente frívolo como Sánchez"
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Hay cómicos que tiene poca gracia. Y utilizo cómicos en castellano de la calle, es decir con masculino genérico. Porque cuando la gente en la calle dice cómico también dice cómica. Hay cómicos que tienen muy poco gracia. Porque tiene poca gracia insultar a quien ejerciendo libremente su derecho a manifestarse sale a la calle. Hay a quien le parece que es lo mismo no estar de acuerdo e insultar. Y la gracia está en respetar, estimar y tener respeto a aquel con quien no estás de acuerdo. En democracia no hay enemigos.
Y aquí estamos, esperando a que el puede ser el presidente más breve de la democracia, Pedro Sánchez, tenga a bien salir de Twitter y comunicar cuándo van a ser las elecciones. Rajoy se quedó encerrado en un plasma, Sánchez en un hilo de Twitter, cada vez tenemos menos presidente. Parece que será este viernes después del Consejo de Ministros. Hemos vuelto a la casilla de salida. Seguro que se acuerdan de aquella votación, la del 1 de junio, la de la moción de censura, solo hace ocho meses y medio, y parece que hace un siglo.
180 diputados votaron contra Rajoy, pero la moción de censura en España es constructiva, votaron a favor de Sánchez que llegó a la presidencia de Gobierno sin haber presentado un proyecto en su investidura y con la promesa incumplida de convocar elecciones. Hoy hemos vuelto a la votación del 1 de junio, al punto de partida. Hoy en el panel de las votaciones del Congreso los noes a las enmiendas a la totalidad, que son los siés al Gobierno, ha habido solo 158 votos.
Estamos en la casilla de salida ocho meses y medio después de que España haya visto como un Gobierno intentara resucitar el fantasma de la Guerra Civil, impulsara una contrarreforma educativa sin consensuarla con nadie, aceptara una cumbre bilateral con el independentismo, se mostrara dispuesto a vender muy barata la soberanía nacional con una mesa de partidos que hubiera ninguneado al Congreso, rebajara las condenas reclamadas por la abogacía del Estado a los líderes del proceso secesionista, después de que que un Gobierno haya aprobado una subida de las pensiones y del salario de los funcionarios que dispara el déficit, después de que se haya aprobado una Salario Mínimo Interprofesional del 22 por ciento que puede destruir el empleo, y después de haber buscado el apoyo de una izquierda como la de Podemos que está fuera del consenso Constitucional y que sigue apoyando a Maduro en Venezuela. Estamos en la casilla de salida con una España más polarizada, en la que Sánchez ha terminado por destruir ese gran consenso de la transición por el que transitaba la socialdemocracia, los liberales y los conservadores. Sánchez ha batido muchos récords, pero nunca hasta ahora nadie al frente del Gobierno había destruido tanto en tan poco tiempo. Sería un alivio por el bien del país, por el bien del PSOE, que hoy comenzara el final político de un presidente del Gobierno frívolo que ha pensado mucho más en su propia imagen que en el bien común de España.