De Haro: "La vacunación va al ritmo que va y el objetivo de estar vacunados para verano no se va a cumplir"

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Hemos hablado en varias ocasiones, o en muchas ocasiones, de lo mal que gestiona este Gobierno. De lo mal que hace política. No hemos hablado tanto de un problema también serio: el voluntarismo. No solo de nuestro Gobierno sino también de políticos que están en la oposición.

El voluntarismo es una forma de infantilismo. El voluntarismo es un vicio que consiste en pensar que la realidad esta a merced de nuestra voluntad. Es verdad que la voluntad política se puede hacer mucho. Si hay una voluntad política bien enfocada y si se ejecuta bien se puede vacunar más rápido y mejor. No solo en los centros de salud. Eso no es voluntarismo. Eso es buena voluntad política. Eso es hacer las cosas bien.

El voluntarismo es hacer proyectos, proclamas, propaganda proponiendo o prometiendo objetivos que son inalcanzables, como si la realidad fuera maleable. Hoy, Pedro Sánchez, con la tasa de incidencia bajando, pero absolutamente disparada, con los hospitales saturados, con la campaña electoral en marcha se ha marchado a inaugurar el nuevo tramo del AVE -que unirá directamente Madrid con Elche y Orihuela. Es en la Comunidad Valenciana, una de las comunidades más afectadas por el covid y hemos visto a Sánchez con un nuevo ejercicio de voluntarismo.

La reactivación económica se va a posibilitar con la vacunación y ha añadido además que en unos meses la movilidad va a ser total. Eso ya se verá porque la vacunación va a al ritmo que va. Ahora se ha llegado a un acuerdo con AstraZeneca para que haya algunas dosis más pero el objetivo de estar vacunados para verano no se va a cumplir. Y la recuperación de la movilidad total tampoco se va a producir. Al menos, de momento.

Sánchez se ve obligado por su psicología o por su estrategia política a hacer estos ejercicios como aquello de "hemos salido más fuertes" o lo de "esto es el principio del fin". O no. Estamos ante un factor imprevisible como es una pandemia global. Y después estamos ante plazos largos que no hacen más que crear ansiedad cuando están acompañados de conquistas que no se van a producir. Siendo malo que nuestros políticos no sepan gestionar, siendo malo que estén al partidismo del regateo corto, quizá están malo o pero este voluntarismo infantil que no crea más que confusión.

La victoria sobre el virus, el principio del fin y ahora la movilidad completa en unos meses. ¿Qué necesidad hay de prometer, de hablar, de lo inalcanzable? La realidad no se pliega a los proyectos y a la propaganda política.